jueves, 1 de diciembre de 2011

Violadores del verso; Información planta calle ( parte de Kase O)

Aquí os dejo la parte del tema " Información planta calle" de Kase O, unos de los miembros de Violadores del verso. Disco: Vivir para contarlo (2006)

lunes, 28 de noviembre de 2011

Otra recomendación: Aaron0883 (en inglés...lo siento)

Voy a hacer otra recomendación de youtuber, Aaron, su canal es Aaron0883. Es un chico con mucho carácter pero muy honesto también, dice cosas muy interesantes y rompedoras. Y las dice con fuerza. Uno de los youtubers que más me ha gustado. No deja indiferente. Especialmente interesantes son sus series de vídeos sobre educación. Por cierto, ya no sube vídeos. 

Su canal
http://www.youtube.com/user/aaron0883

Y una edición de una hora de sus videos de educación hecha  por otro usuario




Y, para los que no saben mucho inglés, como alguna malquerida que habrá por ahí, este

sábado, 26 de noviembre de 2011

Una pregunta: ¿Pensar o avanzar?

Os quiero hacer una pregunta, queridos lectores (jeje, eso suena como un famoso que se dirige a sus fans). Estoy pensando que, si una persona lo ha pasado mal durante una época larga de tiempo ¿necesita para estar bien hacer introspección de lo que le ha sucedido, para poner las cosas en orden, o simplemente se trata de pasar página y cuanto menos pienses en el pasado mejor ? A veces pienso que se se trata de poner un punto y final, olvidarse de  todo y sencillamente empezar algo nuevo, otras, sin embargo, creo que, si no vas gestionando lo que te va ocurriendo, no se puede avanzar correctamente, te llevas el muerto a cuestas y vas plasmando tus neuras por todo sitio que pasas. También pienso que hay que gestionarlo pero hay que hacerlo bien, pensando bien y no creando más problemas de los que ya hay. Creo que tengo complejo de pensar mucho y actuar poco. ¿Qué pensáis? 

jueves, 24 de noviembre de 2011

Recomendación youtuber sjforester81 (en inglés)

Aquí os dejo una recomendación sobre un chico Inglés, Steve, que hace vídeos dando opinión sobre diferentes temas, desde desigualdad social, asuntos internacionales hasta cuestiones psicológicas y experiencias personales. Me parece una persona interesante, honesta y racional.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Angustia al despertar.

Hoy, como muchos otros días, me he levantado con ansiedad, o con angustia, para ser más exactos. Es curioso, en esos momentos en los que uno está despertándose, donde no se está ni totalmente despierto ni totalmente dormido, tengo la impresión de estar más en contacto con mis sentimientos que durante el resto del día. Según me voy despertando, esa angustia tiende a desvanecerse. No desaparece, más bien pierdo el contacto emocional con ella. Intento retenerla, pues considero que es importante no desconectarse y ver qué significa, pero apenas puedo, es como si no estuviese preparado para sentir eso. Se difumina, como los sueños.

Me levanto y me visto rápido, quiero salir a pasear antes de que se difumine del todo. Salgo de casa y me voy a pasear por un bosque cercano. Me gusta pasear por el campo, especialmente días como hoy, con todas las hojas caídas del otoño y el frescor del campo después de una noche de lluvia. Había crecido incluso hierba. Sí, las condiciones perfectas para un paseo. Usando una pequeña cámara que desde hace un año uso a modo de vídeo-diario (una cosa que se me ocurrió hacer de repente un día y que creo ha sido bastante útil) intento expresar esa angustia para quitármela de encima, pero no me sale, es como si no pudiese acceder a ella. Al final, comento otras cuestiones que, aún interesándome, no van al fondo de la cuestión. Tengo esa sensación de que se me está escapando algo importante.

Creo que esa angustia esconde las cuestiones emocionales que tengo pendientes, lo que me hace sufrir y tengo que trabajar, de ahí ese salir rápido a pasear con la cámara. Es un intento de soltarlo rápido para que no se me escape, por así decirlo, pero no parece tan sencillo. Quizás, si le cuesta salir, sea porque aún no estoy preparado para gestionar ese asunto. Pero, claro, al saber que son cosas que tengo pendientes me sabe mal que se queden ahí aparcadas. Es ese no saber bien cuando forzar, por pensar que me estoy acomodando, o cuando dejar estar y tomarlo con calma, por pensar que me estoy presionando. 

Después del paseo llego a casa y me pongo a hacer otras cosas. Sí, estoy más o menos tranquilo, el paseo me ha sentado bien, pero sigue esa sensación, aunque ya muy de fondo, acallada por la rutina del día a día, de que falla algo. En realidad, sé más o menos por donde van los tiros (temas familiares, haber llevado una vida alienada,...) pero una cosa es un darse cuenta intelectual, por así decirlo, y otra, darse cuanta realmente, viendo las cosas tal cual son, sin decoros y sin dejarse nada. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

¡ Exprésate! ¡Sé tu mismo!

Me parece que cada vez existen más mandatos tipo "¡exprésate!", "¡sé tu mismo!", "¡realízate!" o "¡ diviértete!". Son lo que yo llamo "mandatos posmodernistas", no sé si acertadamente o no. Esto es algo muy curioso pues son cosas que deberían salir de uno de forma genuina, lo cual me parece algo de sentido común ¿Cómo se puede imponer la expresión? Si uno se siente cómodo, tiende a expresarse de manera natural, ¡nos gusta expresarnos!, y, si no lo hace, es porque no se se siente cómodo. Y ello será por la causa que sea (por no confiar en las personas, por tener una moral que se lo impide,...), pero el caso es que a uno no le sale. Y no considero productivo forzarse a hacerlo o avergonzarse, pues, al ser un mandato, está mal visto no hacerlo. Es algo curioso, raro.¡"Sé tu mismo"! Igual, ¿cómo se puede imponer el ser uno mismo? Si uno trata de ser el mismo porque se lo dice otro ya no es el mismo. ¡"Diviértete"! Parece que si no te diviertes no eres nadie, además, curiosamente nos ofrecen formas de diversión predefinidas, como salir a tomar cervezas, al cine o ir de compras (así, en general, aunque no necesites comprar nada). Si eres joven y el fin de semana te quedas en casa leyendo, no eres nadie. 

Lo curioso es que estos mandatos producen el efecto contrario; ni nos expresamos libremente (solo una falsa libre expresión, que no es expresión ni es nada), no somos nosotros mismos, ni nos divertimos.

martes, 8 de noviembre de 2011

Sobre la atención

Me cuesta mantener la atención, suelo ir saltando de una cosa a otra sin terminar de centrarme en nada. Me cuesta mantenerla especialmente en cosas como, por ejemplo, un manual de instrucciones Se me hace imposible, me ponen nervioso. La sensación que tengo es de que me están contando algo que no me importa, que no es lo que quiero saber. Me exige una atención que no le puedo ofrecer, que no le quiero ofrecer.

Me ha surgido esta cuestión hoy al intentar ver un vídeo de Youtube sobre un tema que me interesa, o que creo que me interesa, pues si me cuesta mantener la atención eso me hace preguntarme si realmente me motiva, que me hace sospechar que tal vez  fuerzo el interés (¡Qué feo eso de forzar los gustos!). En realidad, el vídeo si creo que me interesa (al menos más que un manual de instrucciones). Trata de la comunicación no violenta desarrollada por Marshall Rosenberg, una cuestión qué me parece relevante y que da en el clavo con cuestiones que me parecen importantes. Sin embargo, hay algo que no me deja atender, como si no lo estuviese enfocando bien y tuviese algo más importante que abordar. Sí, esa es la sensación, diría que hay un conflicto en mi atención, un conflicto que parece indicarme que no estoy enfocándome a aquello que realmente requiere mi atención, que me estoy dejando algo

 Considero que la atención se dirige de manera natural hacia aquello qué es más importante para nosotros, o que consideramos más importante, y eso es algo que hay que respetar. Aún cuando nuestro interés esté basado en un error de comprensión, de creer que las cosas son de una manera que en realidad no son, hay que respetarlo, pues el interés, en si mismo, valioso. Dicho eso, también habrá que preguntarse porque nos interesa lo que nos interesa. Si uno no consigue centrar su atención hacía una cosa pienso que es porque realmente no le importa y, si es así, por algo será. En ese sentido, más que forzarse, habrá que entender que es aquello que realmente nos interesa y las razones por que estamos forzándonos a atender a otra cosa. Lo que nos interesa es lo que nos interesa y eso tendrá sus explicaciones, que, por otro lado, pienso tienen que ver en gran medida con nuestras necesidades. Vamos, que no se pueden imponer los intereses, no se puede imponer la atención.

En este aspecto, resulta interesante estas nuevas "enfermedades"como el déficit de atención y la hiperactividad. ¿Déficit de atención? Que una persona no quiera atender a lo que el profesor dice no tiene porque significar que el niño tenga un problema, bien puede significar que lo que le cuenta el profesor no le interese nada, que no tiene nada que ver con sus necesidades ni su cotidianidad. Eso me parece sin duda mucho más lógico, ¿qué le importa a un niño de once años, en su pleno despertar a la vida, la tabla periódica de los elementos o las conquistas de Napoleón? En realidad, si podrían ser temas de interés, pero si se presentan de una forma atractiva, que conecte con las necesidades del niño y donde se le explique el porqué eso le debería importar (un poco de pensamiento crítico, no borreguil, nunca está de más). Lo mismo si está "excesivamente activo", ¿cómo la plena energía de un niño se puede catalogar de enfermedad? ¿No será que necesita algo que realmente le motive en vez de estar escuchando un aburrido y descorazonador discurso? Y es que, repito, no se puede imponer lo que nos debe interesar.

domingo, 30 de octubre de 2011

Dudas sobre la libertad de expresión

La libertad de expresión es algo que me descoloca, no consigo saber donde está el límite de lo que es correcto decir y lo que no. Parece claro que insultar o maltratar a alguien ya es pasar el límite pero ¿que es un insulto? ¿Qué es un maltrato? No es algo que esté tan claro, muchas personas se les dice la verdad y se lo toman como una ofensa. Se indignan.

 Por otro lado, hay formas y formas de decir las cosas, uno puede decir algo de una manera correcta y educada pero con las peores intenciones (estoy pensando en el típico rebuscado con cara de angelito y que no te va a ofrecer nada bueno), sin embargo, una persona puede expresarse mal y con palabras fuertes pero tener la mejor intención (estoy pensando en el típico "macarra majete" de carácter fuerte y que, sin maldad, dice todo lo que le pasa por la cabeza). Yo prefiero al brusco sin dobleces, me encantan los protagonistas de "Alguien voló sobre el nido del cuco" o de "Mejor imposible" (ambos representados por Jack Nicholson, por cierto)

No sé, muchas veces, especialmente al responder a comentarios en discusiones en Internet, pienso "no, eso no voy a decírselo así, no vaya a ser que se lo tome a mal" y me pongo a adecentar el texto para ser menos ofensivo, y lo que queda al final es un recato que no se corresponde nada con lo que quería expresar. Me jode. Si, paso de ser quizás un poco brusco o directo (y digo quizás, pues no estoy seguro) a una insípida corrección que expresa mucho peor lo que quiero decir. Mi intención no es hacer daño pero pienso "uf, esto quizás sea ofensivo" y empiezo a retocar. Y tengo la duda de no saber si peco de hablar más de la cuenta sin tener en cuenta los sentimientos de los demás o de cortarme al expresarme.

Curiosamente me pasa menos en la vida real, quizás porque la expresión corporal aclara las intenciones. 

sábado, 22 de octubre de 2011

El sin techo, el inconsciente del ciudadano

La cuestión de los sin techo siempre me ha impactado mucho, desde pequeño he tenido la sensación de que el haber gente sucia que dormía en la calle no era algo muy bueno. Sin saber bien por qué, en los últimos años la cuestión me venía más y más a la cabeza, pensaba "¿cómo es posible que esta gente esté ahí tirada y que nadie haga nada?". De hecho, me parecía tan impactante que lo más fácil era no pensar en ello. Pero, al mismo tiempo, no me salía pararme a hablar con ellos, tenía una mezcla de vergüenza y miedo. No veía que nadie se parara a hablar con ellos, a  preguntarles que tal, y yo, como nunca he sido demasiado de tomar la iniciativa, pues tampoco hacía nada.

Que me de miedo puedo entenderlo, es algo desconocido, algo que nunca me habían enseñado a tratar (en todo caso me habían enseñado a temer), pero ¿ vergüenza?, eso ya es un poco más difícil de digerir. En mi opinión, y al menos en mi caso, pienso que es porque su sufrimiento, evidente, refleja el nuestro, oculto. El hecho que esa persona esté así me parece una consecuencia de nuestro modo de vida actual. Nuestra sociedad actual es como un tren del que, si te bajas, te va a resultar dificultad volver a subir. Y, como la cosa va así, uno no se va a parar a ayudar a alguien descarriado, no vaya a ser que nos tire del tren también a nosotros. De hecho, tal y como anda el panorama, en esta sociedad de apariencias, el mero hecho de que nos vean con un descarriado ya es "mal síntoma". 

Al final, y coincidiendo que un amigo conocía a gente que lo hacía,  me metí en una ONG que se dedicaba a hacer rutas callejeras para hablar con los sin techo y darles café o algo caliente. "Lo importante es darles conversación", como decían allí. La experiencia, que para mí duro unos siete meses, me enseñó bastantes cosas, me quitó bastantes prejuicios, pero, en lo básico, me reforzó las ideas que ya sospechaba. 

Para mí, y dejando al margen las cuestiónes que llevan a a uno a quedarse en la calle (generalmente ruptura de las relaciones familiares y perdida de empleo), es evidente que la cuestión de la gente sin hogar está formada por dos problemáticas. Una, la material, el no tener dinero ni una casa que te proporcione calor, comodidad, seguridad e intimidad. Esto es en lo que primero se piensa respecto a este asunto, es lo que le vendría a la cabeza a un niño, "ala no tiene casa, ni ducha". La otra, no tan evidente  y que, en mi opinión, muchas veces es más importante que la primera, es la vergüenza, el no sentirse dignos en esa situación. Lo malo se ser un sin techo no son solo las carencias materiales, también existe un importante factor psicológico, el sentirse avergonzado. Eso es al menos lo que yo he visto y lo que, echando un vistazo a esta sociedad, parece también bastante lógico. Y es que, claro, uno se da cuenta del trato del ciudadano medio hacia las personas sin hogar, con sus miradas de condescendencia, una condescendencia que refleja una gran incomprensión sobre el problema, y parece difícil sentirse de otra forma. Caer en la calle y no sentir vergüenza pienso que es algo enormemente difícil, ahora, si alguien es capaz de lograrlo, chapó, para mí ha vencido la hipocresía actual, está por encima de esas improductivas miradas de lástima.

 Y, este segundo problema, está causado por nuestra forma de vida actual, por nuestra hipocresía y falsedad, por ser partícipes de un estilo de vida (muchas veces sin darnos cuenta, por dar por hecho que "esto es sencillamente lo que hay") que fomenta esa exclusión. El hecho de que se le llame un problema de exclusión social me parece muy revelador, pues, para mí, el "malo de la película" es el que excluye, no el excluido. Digo esto porque siempre se plantea el problema enfocándolo hacía la persona que está en la calle, y la solución pasa porque salga de la exclusión. ¡No se condena la exclusión misma! Esto, el sentido material que he señalado, está bien, pero en la cuestión psicológica me parece una contradicción, y una contradicción dolorosa.

 Creamos una sociedad que genera exclusión pero, cuando la gente es excluida, queremos sacarla de ahí para que entre a la parte de los que excluyen, sin cuestionar la dinámica que genera el problema. De hecho, en muchas ocasiones, somos los mismos que excluimos, los que, sin querer cambiar aquello que genera el problema, queremos rescatar al excluido, para calmar nuestra conciencia. Es algo extraño, con una mano causamos el daño y con la otra, y sin darnos cuenta de que el destrozo es nuestro, pretendemos arreglarlo. ¿No habrá que ir a las causas primeras de las cosas? 

Esta incapacidad de ver que es uno mismo el que excluye fue una de las cosas que más me llamó la atención en la ONG, y una de las razones por las que lo dejé (otra era el sentirme emocionalmente más cercano a la tristeza del sin techo que al buenrrollismo del voluntario, lo que me generaba una desagradable contradicción). El trato era "vamos a ayudarles, pobrecillos" pero creando una distinción clara, un "si, te ayudo, pero no te confundas, yo soy el solidario y tú el mendigo". Una cosa cosa curiosa era que, una vez terminada la ruta, los voluntarios solían irse a tomar unas cervezas y reírse, lo cual me producía bastante contradicción, parecía que lo hubiesen hecho obligados y que , ahora, ya sin la carga, pudiesen relajarse. No sé, si lo que nos une es ayudar a los excluidos, ¿por qué no invitarles a tomar algo?. Y muchos iban ahí porque no tenían nada mejor que hacer o para buscar amigos. En fin, algo que me descolocaba bastante.

lunes, 17 de octubre de 2011

La universidad; otro timo más

La universidad, ¿por qué pasé en esos edificios siete años y medio de mi vida? ¡Qué poco aprendí! Qué absurdo. Cuando veo a gente que ansía una carrera o que idealiza a los universitarios pienso "que ingenuidad, ¿cómo se puede estar tan confundido?". No aprendí nada en la universidad, ni yo, ni casi nadie. Tal vez haya alguno extraño por ahí que tuviese un verdadero interés, pero pocos. La universidad es, como muchas otras cosas, un cuento chino.  Excepto que se tenga un interés genuino por la materia, y eso no suele ser el caso (y si lo es no necesitarías ir a la universidad para dominar el tema), es un mercadeo más, un aprender como un loro para aprobar exámenes y tener un título que dice más bien poco de lo que sabes. En todo caso es un indicador de conformismo, de que has hecho "lo que tenías que hacer". 

Esto es especialmente claro en las ciencias sociales y en letras, pues en ciencias, y sobre todo en medicina, reconozco que es necesario estar acreditado. En serio, yo he estudiado Economía en la Universidad Complutense de Madrid y es de chiste, nadie aprende nada, no se enseña a pensar de manera crítica, los profesores son, con raras excepciones, malísimos (y es que están ahí, porque saben de la materia y porque, al ser investigadores universitarios, se les obliga a dar clase , no porque tengan una vocación docente) y se nos ponían a enseñar modelos económicos ( representaciones matemáticas que simplifican la realidad para así estudiarla) sin explicar porque se nos enseñaba eso o como podría utilizarse eso en la realidad. Y en más de una asignatura te daban el temario dictando, ¡dictando!, como a los niños pequeños.

 Por otro lado, los profesores te enseñan de Economía sin tener ni idea de como es el mundo laboral ni esa misma economía en el mundo real, porque claro, ellos están ahí en su puesto público bien tranquilitos. No se habla ni de alienación, ni del enorme conformismo y sectarismo de las corporaciones, ni de nada. Y es que de eso no saben nada, solo están ahí con sus matemáticas y sus teorías. Se habla de personas como capital humano, literalmente. Es una desconexión de la realidad total.

La mayoría de personas que terminan una carrera de ciencias sociales se dedica a cosas que apenas tienen que ver con lo que han estudiado. En Economía, la mayoría termina trabajando en banca, cosa que apenas se estudia en la carrera y que podría hacer casi cualquiera, o en consultoras, haciendo trabajos que apenas apenas requieren de los temarios que se imparten en la universidad. 

En serio, es absurdo. ¡Que perdida de tiempo! Y en sitios como Estados Unidos, que la gente se endeuda hasta las cejas, ¡madre mía!


Si te interesa un tema te lo estudias y punto, es más productivo y te dejas de tanta parafernalia. Después, a la hora de buscar empleo, que será uno que realmente quieras, le demuestras al entrevistador que sabes del tema y punto. Y, cuando uno sabe de algo, eso se nota a la legua, no hay porque andarse con humillantes y ridículas entrevistas de trabajo, donde se busca casi más una "actitud positiva", es decir, conformista, que verdaderos conocimientos y cualidades.





NOTA:  Esto tampoco es una apología contra la universidad en si misma, más bien contra la irracionalidad que existe en ella.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Tristeza y desfile militar

Hoy siento esa presión del "no soy nadie" encima mío. Debajo de eso, aunque me bombardeen pensamientos de "tienes que conseguir esto o lo otro",  lo que hay es tristeza.

Hoy, a las ocho de la mañana, después de no haber pegado ojo en toda la noche y con la intención de no dormirme ya a esa hora, y tratar así de poner el sueño en su sitio, me he bajado a Madrid, a ver desfile de las fuerzas armadas. Nunca lo había visto en directo y me daba curiosidad. Aunque tal vez fuese una forma de evasión o de participar en algo social, de  ese obligatorio, aunque no directamente, "tienes que hacer algo".

Mi tristeza ha hecho un paréntesis al empezar el jaleo del desfile. ¡Joder, menuda maquinaria!, ¡vaya tanques! Para eso soy como un niño. Todos los allí presentes, la parte más conservadora de España, estallaban de entusiasmo al ver pasar la primera linea de carros de combate. Me he preguntado si toda esa masa, embriagada por el poderío militar, sabría en realidad para que se utilizaban todos esos cañones. Si, impresiona y tal vez haya que estar preparado para defenderse de posibles ataques pero, ¿es bonito? ¿es digno de alabanza?

 El niño de mi lado le pregunta a su padre, "papa, ¿para que son esos cañones?", el padre, bonachón y sonriente, le contesta, "para disparar a los malos". Me han dado ganas de decirle "bueno, y a los no tan malos". Pero no lo he hecho.

Pero basta ya de desfiles militares, yo he venido aquí hablar de mi tristeza... Aunque ya se me ha ido, ya me he desconectado de mi mismo. ¡Maldito desfile! ¿Quien me manda distraerme con eso? ¿Acaso no es prioritario sacar esta pena que llevo dentro? ¿No es eso lo más importante? ¡Qué le den al desfile, estoy triste! A decir verdad, me he sentido de lo más solo allí, rodeado de familias aparentemente felices, aparentemente unidas por la patria. ¡Pues yo no me he sentido arropado! Me he sentido muy extraño. Y no he visto nada bonito, no he visto alegría. Fanatismo es lo que he visto, violencia disfrazada de "familias de bien" y de "amor a la patria".

Pero, ¿acaso buscaba allí algo de calor? Que ingenuo soy.

Ya me enfado, y no quería. ¡Pero si es que yo no quería ir allí, tampoco era de lo que quería haber hablado de eso aquí! Otra vez el "deber ser" por todos lados, un deber ser que ya no es ni deber ni nada, es pura estupidez.

¿Cuándo podré decir y hacer lo que realmente siento? ¿Acaso es pedir demasiado?


sábado, 1 de octubre de 2011

Y nada, que me sigo ilusionando

Hoy es uno de esos días que me he vuelto a ilusionar, ¡que trampa la ilusión!. Me he dado una vuelta por Madrid centro y ha sido una tarde agradable, me sentido bastante contento y tranquilo. Sin embargo, después me he ilusionado, me he puesto a hacerme pajas mentales; que si todo va ir bien, que si voy a llegar a ser esto o lo otro, que voy a encontrar una chica que vaya conmigo, que si voy a terminar de centrarme... Además, son ilusiones impuestas (¿no lo son todas?)  ¡Son los imperativos actuales!

 No es que me parezca mal encontrarme bien, no soy masoquista, pero ilusionarme, tratar de gozar ahora un  idealizado, diría incluso no deseado, "futuro mejor", me parece, en si mismo, un error. ¿Por qué no vivir las cosas como vienen y punto? Es que no me sienta nada bien, me hacen perder la serenidad, el realismo e incluso esa felicidad que momentáneamente he vivido.

Al escribir esto una voz me dice ( una voz no sonora... no me tachéis de loco, malditos): "hombre, ¿como eres así? Claro que si hay ilusiones sanas, ¿como vas a vivir sin ilusión?" Es posible, pero yo no las he encontrado. De todas maneras, ¿por qué ese empeño con la ilusión y los planes? ¿Tan malo es el presente? Cada día entiendo menos.


martes, 27 de septiembre de 2011

¿Filosofía? Vale, pero no en plan cultureta

Me interesa la filosofía, pero no en plan cultureta. Me interesa en el sentido práctico de utilizarla para vivir mejor, de saber como actuar. Es cierto que ciertas conversaciones filosóficas pueden ser fascinantes en si mismas, como cuando a un grupo de amigos les surge espontáneamente a altas horas de la noche una charla sobre el universo y el sentido de la existencia pero, aún así, considero que, si es algo importante, tiene que tener alguna implicación en nuestras vidas.

En realidad, me interesa más filosofar que leer filosofía, lo considero más natural, más productivo y más respetuoso con nuestra  propia capacidad de análisis, aunque mi percepción es que hoy en día  abunda más lo segundo. Me niego a coger un libro de filosofía que trate de algún tema que  no me interesa realmente o que, interesándome, no haya pensado yo por mi mismo antes sobre ello. Pienso que se debe leer a los filósofos para consultar o para contrastar la opinión propia con que dicen "los grandes" (y de paso ver si son tan grandes), no como un sustituto del análisis propio. Me niego a dar más autoridad a un filósofo que a mi pensamiento propio, por muy Platón o Aristóteles que sea.  

Me resulta horroroso el hecho de hablar sobre cuestiones existenciales estando totalmente desconectado de ellas, hacerlo solo como una etiqueta social más. Odio esas batallas gafapásticas de a ver quien sabe más, quien a leído más o quien saca la cita filosófica más apropiada para el momento. Si el hablar de cosas que no le importan a uno es, de por si, irritante y poco fecundo, más aún lo es hacerlo con cuestiones existenciales.



lunes, 26 de septiembre de 2011

Soy nihilista, sí, pero solo de paso

Mi escepticismo y desilusión es tan grande y general que me hace preguntarme si soy nihilista. Ante esto me vienen dos cuestiones a la cabeza que podrían entenderse como casos extremos, la primera, es el típico "triunfito actual", carne de consultora, quien, con esa irreal y ridícula filosofía de pensamiento positivo, trata de ganar las más etiquetas sociales posibles. La segunda, la persona que, no aceptando su realidad ni sus sentimientos, se pone a despotricar contra todo y se cruza de brazos diciendo que nada tiene sentido. No me identifico con ninguna. La primera sencillamente ya no me cuela, la segunda, la que podría corresponderse con el nihilista, si bien me podría parecer más honesta (o no), podría ser el siguiente paso al desengaño de la idea de éxito (o no), no me parece ni mucho menos la respuesta definitiva. No, claro que no.

Seamos sinceros, más que la vida sea una mierda habría que decir que nuestra propia vida es una mierda. Ojo, esta no sustituye a lo primero, más bien le cambia el acento y se lo pone a algo más sincero. Lo que nos molesta no es tanto que la vida, así en general (ale, alegría, todo pal saco) ,no tenga sentido sino que la nuestra no lo tenga. 

Yo soy un nihilista, sí, pero solo de paso. No es que me parezca todo un sin sentido sin remedio, aunque, para ser sinceros, lo pienso a menudo, lo que pienso es que mi vida ahora es un sin sentido, pero puede dejar  de serlo. Vamos, eso espero. También depende de lo que uno entienda por una vida con sentido, que aquí nos dan ya todo empaquetado, hasta eso. ¡Y menudo paquete! Madre mía, para eso no nos deis nada.

Hay que ser claros, ¡estamos jodidos!, ¡nos la han colado! ¿Qué sentido tiene el decir, así en general, que la vida no tiene sentido? ¿Acaso lo que nos han vendido o nuestras propias torpezas (generalmente lo primero) abarca todo el sentido de la existencia? Qué sí, que estamos flotando sin rumbo por el universo, está claro, pero eso no quita que uno pueda hacer algo digno de su atormentada existencia.

Mi vida es una mierda, sí pero ¿es la vida una mierda? A mí me da la impresión de que hay por ahí algo escondido que aún se puede rascar. Yo, con vuestro permiso, voy a echar un ojo por ahí, no vaya ser que encuentre algo.

El dejar de decir las cosas y la vergüenza de mi mismo

Uno de mis defectos que he pagado muy caro ha sido el no decir las cosas claras a la gente para no herirlas, el dejar pasar las cosas para no ofender. En realidad creo que esto lo llevé más lejos, no solo he dejado de decir lo que pienso por no herir sino que he dejado de hacer.

El dejar de decir las cosas por no herir me hizo ir acumulando vergüenza, esa vergüenza que nace cuando volvemos la cara a la verdad. Y esto es paradójico pues si lo hacía por no hacer daño, ¿como es posible que me sienta avergonzado?

¿Por qué no decimos las cosas claras a la gente? Es algo que no comprendo, no le veo la utilidad. No se, quizás soy un ingenuo. Si alguien me da una respuesta, esta será bien venida. A mi me resultaría dificil exagerar lo que he pagado esa culpa por no decir las cosas como son. Ahora que pienso, ya no se trata tanto de decir o no decir, se tarta de sentir. Uno termina sintiendo que la verdad es mentira y la mentira verdad.

Hubo una época en mi vida en que decía lo que pensaba sin ninguna culpa, recuerdo que la gente incluso se impresionaba a veces. En general, la respuesta a mi sinceridad era muy buena, esto lo achaco al hecho de que la dijese sin culpa, sin segundas intenciones. Sencillamente me salía así, me parecía lo más normal. Lo cierto es que uno puede ser muy sincero en lo que dice pero no en como lo dice y el cómo puede ser incluso más importante que el qué. Esa época, que comenzaría a los once o doce años, no sabría decir con exactitud, se terminó a los dieciséis años influida por unos miedos terribles que se me echaron encima,  miedos que me hicieron sentir las más humillantes vergüenzas y que hasta día de hoy ensombrecieron mi vida. Ese es otro capítulo del que habría que hablar aparte.

A veces pienso que una de las razones de que me da tanta rabia el sentirme culpable y no expresar las cosas tan cual las siento se debe a haber probado esa miel de la "expresión sin culpa". Quizás por eso se me hace tan insoportable, tan estúpido e innecesario.

Harto de vivir con miedo

Hace un rato me ha entrado un ataque de rabia y, cuando me pasa eso, solo pienso en una cosa, irme de aquí, irme a vivir a Inglaterra de una vez. Me frustro porque me veo encerrado en un esquema de ideas que me hace sentir como una mierda, esas bombas de pensamientos condenatorios,"¡tienes que trabajar ya!", "¿Pero qué mierdas haces con tu vida?", "bueno es que tú, ya sabes que...". Es un vivir asustado continuamente, vivir bajo amenazas. Mi vida desde hace mucho tiempo no es libre, nada libre, es un vivir bajo una moral que no entiendo y que no es la mía. ¡Y mira que me esfuerzo por ser objetivo, pensar de forma crítica!, pero nada, la moral se me echa encima. Es lo que yo llamo la moral externa interiorizada, ese conjunto de ideas que se te han impuesto (no han nacido de tu juicio ni de tu experiencia) y que las has interiorizado, las has hecho tuyas y las tomas como verdad. Esto evidentemente lo reconozco más en un plano intelectual, no de una forma total (si no estaría libre de ello), no siento que esos códigos morales que han impuesto sean falsos aun cuando ninguna evidencia me hace aceptarlos. Es una cuestión emocional, por así decirlo, es un miedo, una presión.

El dilema que tengo, y que vengo teniendo desde hace tiempo, es ¿rompo con todo y me voy? Esto se traduce en coger mis pocos ahorros que tengo e irme a Londres, y que sea lo que tenga que ser. Podría entenderse como un empezar de cero, pero tampoco me gusta ir con una idea programada. Tener la vida programada es justo lo que no quiero en este momento. Lo que necesito es libertad, decidir por mi mismo sin sentir vergüenza ni remordimientos, sin esa sensación de que le debo explicaciones a mi familia o mis amigos (o ex-amigos, ya no se como llamarlos) Lo cierto es que me parece algo sensato, además ya he roto con muchas de las cosas con las que no estaba a gusto, o eso creo, sin  embargo me entra un miedo terrible, pienso, o esa moral externa interiorizada piensa por mí, "¿como te vas a ir por ahí solo? ¿estás loco? No osarás a hacer eso..." y me echo para atrás. 

La cuestión es que desde hace un tiempo, en particular desde que rompí con mis amistades y deje un trabajo que tenía (que era lo que yo consideraba me hacía "ser normal"), me propuse seguir la filosofía de "no hacer nada que no veas claro". He hecho tantas tonterías en mi vida que me parecía una filosofía oportuna, además, estando ahora solo quizás debiese ser más responsable. Estaba harto de todo y decidí tomarme un tiempo para mí, esto fue hace un año y medio o así. pero claro, tampoco hago nada y me agobio, y no sé si es que me siento presionado o es que realmente tengo ganas de hacer cosas.

Supongo que este periodo ha sido de reflexión, de un no estar haciendo nada en particular, de no estar en ningún proyecto, al menos no en uno externo. Sí, estaba harto, todo era un absurdo y necesitaba parar, hasta ahí todo bien, no me arrepiento para nada de las decisiones que tomé, pero ahora no sé hacía donde moverme, me veo atrapado en una nada que deja atrás su pasado pero no se atreve a empezar algo nuevo. He salido de un vagón de tren y estoy bloqueado en ese espacio que lo separa del siguiente vagón, sin poder entrar en él.

Me da rabia porque me veo limitado por esa moral de la que he hablado, pero muy limitado. Yo, aunque esto pueda parecer paradójico, soy una persona que confía mucho en mi misma, que me veo capaz de hacer las cosas decente y dignamente, sin embargo, esta moral me destruye, me llena de vergüenza y de remordimientos, me tiene aquí atado de pies y manos. 

Claro, y mi duda es ¿me voy y ya está o espero a calmarme y a ver las cosas claras? La primera podría ser una locura o una liberación, la segunda podría ser un acto de sensatez, aunque también de alargamiento de una agonía. Siguiendo mi filosofía de "no hacer nada que no veas claro" me estoy quedando quieto, pero no se si eso es un acto de responsabilidad que nace de la parte serena de mí o es esa moral que me mete miedo y me está haciendo pudrirme. ¿Me voy y que las cosas salgan como tengan que salir o espero a serenarme y, una vez viendo todo en su sitio, ya decidir?

Es posible que todo estas dudas estén provocadas por esa presión de que "hay que hacer algo", que nos hace actuar por presión y no porque, desde nuestro propio juicio y experiencia, lo consideramos apropiado. En ese sentido habría que dejar pasar esa presión y no hacer nada, pero ¿y si esa rabia es un deseo real de salir de aquí y hacer cosas? Mi duda es ¿actuar o aguantar?

sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Soy yo o hay una angustia creciente en occidente?

Hace un tiempo que me vengo preguntando si existe una creciente angustia en occidente, que yo la vengo sintiendo es seguro pero ¿soy solo yo o esto es un asunto de todos? Siempre he considerado mis angustias una cuestión mía, sin embargo, últimamente con todo el asunto de la crisis, las movilizaciones sociales (en el caso español con el movimiento 15M) y ciertas realidades que me parecen esperpénticas, como las subculturas que se crean en el mundo corporativo de consultoras y financieras, me estoy cuestionando si no es esto un panorama general. Lo cierto es que, en general, los movimientos sociales me suelen dar rechazo, pues pienso "¿Por qué la gente no afrontará sus problemas reales es vez de evadirse saliendo a la calle y fundiéndose en la masa?". Lo que suelo ver en movilizaciones es, en general, un echar balones fuera, No es que piense que uno no deba quejarse pero lo que generalmente veo es gente que no enfoca las cosas correctamente, que actúa de forma pasional, no racional. No es por el hecho de que se quejen, ni siquiera del objeto de la queja, es la actitud lo que me genera rechazo. 

Mis angustias y mis consiguientes críticas se refieren principalmente a lo que yo llamo este "mundo de las formas", este mundo de las apariencias donde ya nada es sincero y donde eso ya ni siquiera importa, donde quizás la gente ya no sea si quiera consciente  de ello. Este mundo que se ha reducido a un conjunto de etiquetas sociales siendo más digno aquel que más etiquetas tenga ¿Cuanto compras? ¿Con quien sales? ¿En que trabajas?... El filósofo Slavoj Zizek me parece da en el clavo en este asunto, dice que ya no es que nos pongamos una máscara detrás de la cual está nuestro verdadero yo, no, hoy la única realidad es la propia máscara y, si nos la quitamos, no hay nada debajo, quizás solo algo extraño y ambiguo que no sabríamos identificar. Vivimos en un mundo de imágenes, hoy en día la imagen es la realidad.  Para mi eso es fuente de angustia y me pregunto si esto es solo una cosa mía o vamos todos en este barco. Y me pregunto si lo que motiva realmente a movimientos sociales como el 15M son esas mismas angustias, aunque se manifiesten en cuestiones más prácticas, que no por ello dejan de ser importantes, como el hecho de si nuestra democracia es o no una democracia real, el cambio climático o el hecho de que los causantes de la crisis no sean quienes las estén pagando. 

¿Estamos cada vez más angustiados con esta "sociedad de etiquetas"? Y, si es eso cierto, ¿Es esa la corriente que mueve los movimentos como el 15M o las revueltas de Inglaterra de este verano?


jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Como hacer que Lady Gaga suene bien?

¿Como hacer que Lady Gaga suene bien? Pues haciendo una versión española de flamenco como esta de Yellow Mellow. ¡Ole, que gracia y que arte!


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Expresión, ¡qué noche!, ¡qué tensión!

¡Exprésate! ¿Cómo puede ser la expresión una orden? Uno ni siquiera puede tratar él mismo de expresarse libremente, pues, si lo intenta, ya no es una libre expresión, ya hay una moral por medio. Cuando a uno le cuentan un chiste y se ríe no piensa "voy a reírme" (bueno, en realidad, a veces es necesario, que mal ejemplo).

Madre mía qué noche, qué tensión, ¡cuanta energía tengo! Sí, tal vez eso sea lo que pasa, que no he quemado lo que tenía que quemar. (Tranquilos, estoy bien, bueno no mucho, pero ya me entendéis).

No sé si mucha gente pensará "qué de energía negativa desprende este chico", y sí, tal vez sea cierto, pero ¿No será mejor desprenderse de ella? Últimamente estoy pensando que si uno siente ganas de hacer alguna cosa pero no la hace por miedo a que sea una estupidez, está cometiendo un error. Y no porque no sea una estupidez, de hecho seguramente lo sea, sino porque, si no la hace, no sé dará cuenta de ella y la arrastrará consigo.

El expresarse, ¿es esa la panacea?

Pues me voy a expresar un rato, aunque diga gilipolleces, si total, ¿que más da? Tampoco aspiro aquí a crear ningún Tractatus Philosophicus. Supongamos que suelto estupideces por doquier o, peor aún, oscuras blasfemias. Supongamos que tengo pensamientos y sentimientos oscuros, ¿no sería mejor expresarlos? ¿no sería una forma de hacernos conscientes de nuestros lados más oscuros? ¿no sería, de hecho, la única manera de acabar con ellos?

El expresarse, ¿es esa la panacea? Desde luego que decir lo que se piensa sin cortapisas (no se bien si esa palabra existe) es saludable. Pero claro, decir lo que se quiere decir, no hablar para joder al personal. ¿Es eso también expresarse? Si pensamos mal de alguien, ¿es sano decírselo? Ahí se complica un poco el asunto. Yo diría que si, yo soy de los de sinceridad plena, al menos en lo teórico. A mí si alguien me maldice pero veo que lo que dice le sale del corazón me alegro por el, prefiero que se libere maldiciéndome a la cara a que  se frustre maldiciéndome en silencio. Aunque bueno, quizás si me toca ciertos temas... pero eso es problema mío. Yo creo que se puede maldecir con respeto y ser muy irrespetuoso con las buenas maneras.

No se, yo a veces pienso que alguien es un cateto o un ignorante sobre algo y me sentiría mejor si se lo dijese. ¿Le odio por eso? No, sencillamente me disgustan ciertas cosas suyas, o a veces ni eso, a veces es solo una opinión. El odio nace más bien cuando lo dejamos de expresar.  Siempre que en una relación todo es "bonito y hermoso" me hace sospechar, creo que se pueden decir las verdades feas sin faltar al respeto. De hecho, ¿no es una falta de respeto no hacerlo? ¿No es una falta de respeto ese ir acumulando y acumulando malas opiniones y sentimientos sobre los otros?

Que raro esto del blog, es comunicación sin comunicación, es lanzar tu mierda al ciberespacio y a ver si rebota por algún lado. Es extraño, esta vida es extraña. 

¿Que mierdas significa ser uno mismo?

¿Que mierdas significa ser uno mismo? Parece la panacea, ""oh, hay que ser uno mismo". Si, pero, ¿que significa eso? ¿Como podría ser otro que no fuese yo mismo? ¿No es un concepto demasiado ambiguo, demasiado general? Por otro lado, a veces siento que en nuestra sociedad actual se nos exige ser nosotros mismos, lo cual es extraño, es una libertad impuesta. 

¿Es ser uno mismo expresar lo que se siente? Si es eso, a veces tengo la impresión de que a muchos no les gustaría de verdad que fuese yo mismo. Es esa doble moral, ese "sé tú mismo" pero después, cuando te expresas, "eh, ¿pero que dices?"...¡Dios, dejadme salir de aquiiiií!

¿Estoy sexualmente frustrado?

Hoy, al salir de dar un paseo por el Parque del Retiro, el Central Park de Madrid, me ha pasado una cosa que me ha hecho sentir mal y que, al pensarla después en mi coche-terapia, me ha cabreado.  Caminando por la cera me he cruzado con una chica guapa, más o menos de mi edad, y he sentido atracción sexual hacia ella, eso parece algo normal (si, ¿no?), sin embargo, la cuestión es que me he sentido mal por ello, me he sentido culpable. Eso me ha frustrado, algo así como frustrado por frustrarme, y  después me hecho pensar. Es posible que eso me pase frecuentemente, sin embargo, si es así no soy demasiado consciente, de hecho, para bien o para mal, nunca pienso en sexo como una cuestión importante, en todo caso como algo divertido y saludable, especialmente si uno está emocionalmente sano. Si, más que como una causa, lo veo más como una consecuencia de una vida saludable. En general soy mucho de "estar uno bien que, estando uno bien, todo lo demás sale rodado", pero claro, ahora que lo pienso, tampoco se puede estar bien así porque si ¿O si? Duda metafísica. Bueno, que en general no pienso en el sexo como algo importante, lo cual no significa que no tenga deseos, que los tengo. Creo que mi filosofía sobre el sexo sería la de "es una de esas cosas que es mejor practicarlas que hablar de ellas", sin embargo, aunque eso me parece bastante cierto, cuestiones como la de hoy me hacen pensar si no estoy algo reprimido si no estoy infravalorando el papel del sexo o negando mis impulsos por alguna maldita moral. Tal vez esa sea una filosofía-excusa para no hablar de un tema que en realidad me cuesta.

En serio, me he cabreado, ¡¿Por qué me he sentido así?!

martes, 20 de septiembre de 2011

El coche; terapia y huida del barrio

Me acaba de llegar una multa de tráfico de 200 euros por saltarme un semáforo en rojo, bueno por saltármelo justo cuando se ponía en rojo. Ese golpe a mis limitados recursos económicos actuales me ha hecho plantearme una cuestión que ya venía pensando: ¿mando el coche a tomar por culo? El coche fue un regalo de mi padre, si no yo no hubiese podido comprarme uno ni de broma, es algo que sencillamente no se ajusta a mi situación económica.

 En realidad,  no me importaría moverme en trasporte público, de hecho me gusta ir leyendo, escribiendo o simplemente observando tranquilamente el panorama entre mis conciudadanos. Me gusta sentirme dentro del pueblo, y eso, en el coche, es difícil de sentir. Por otro lado, también es verdad que me encanta conducir, de hecho, coger el coche y dar vueltas sin rumbo se ha convertido en una terapia estupenda para mí. En el coche entras en un mundo particular, es un pequeño refugio. Puedes gritar y llorar tranquilamente, con el movimiento no das tiempo a la gente para juzgarte. ¿Acaso no es necesario gritar y después, ya descansado, llorar? Puedes también hablar solo sin que pase nada, además, desde que se inventaron el manos libres, ya no se sabe si uno esta loco o hablando por teléfono. En serio, cuando tienes un mal día, te coges el coche y a dar vueltas. Si, es una terapia cara, tanto o más que ir al psicólogo pero, a diferencia de esta, funciona. Si, me gusta el coche, pero por lo visto me interesa más como una terapia que como una forma de transporte. 

Aún así, estaría dispuesto a renunciar al coche, además me ha dicho el salpicadero que ya estoy casi curado. Pero hay más problemas que me dificultan deshacerme del coche. Uno es el vivir en un barrio periférico de  Madrid,  lo que hace más incómodo moverse y bajar a la ciudad, que es por donde me gusta moverme. Para bajar a Madrid, a la ciudad, tengo que andar quince minutos y después coger un tren o autobús que tarda otros quince o veinte, y eso para llegar a un extremo de la ciudad, luego desde allí hay que moverse. Y después la vuelta. Eso, aunque rompe el encanto de salir de casa y estar ya en la ciudad, lo podría soportar, pero, y esto es otro problema, odio mi barrio y para ese itinerario tendría que pasar plenamente por él. Más que odiarlo estoy harto de él y no quiero ni verlo, a decir verdad, lo quise mucho, por eso quiero alejarme y conservar los buenos recuerdos. Hay cosas que sencillamente se agotan y es necesario pasar página, no hacerlo provoca una especie de corrupción.  Si, el hecho de usar el trasporte público me haría pasar por él, ver lo mismo una y otra vez, todas esos lugares donde en un principio fui feliz y después todo fue perdiendo su sentido, todo se fue agotando. Y, lo peor de todo, aumentaría enormemente las posibilidades de algún encontronazo indeseado. Si, hay gente que ya no quiero ver, no quiero que el barrio me absorba de nuevo, no quiero encuentros en los que, indefenso, me veo ante un "Hey, ¿que tal?... pues a ver si quedamos y tomamos algo", situaciones en las que si fuese plenamente sincero les diría "¡coño, dejarme ya en paz, no se quienes sois!". Como obviamente no se puede ser tan sincero (y en algunos casos sería quizás injusto) ni tampoco quiero sentirme estúpido por fingir, prefiero evitar ciertas situaciones. Ahora sencillamente no puedo, ahora necesito salir de ahí, huir de ese pasado que tanto tiempo me ha aprisionado. Con el coche me ahorro eso, pues vivo a las afueras del barrio y solo tengo que que montarme y  bajar a Madrid, el coche me permite vivir en el barrio pero sin estar en él. ¿¡Todo esto por un coche!?

¿La solución? A largo plazo parece inevitable encontrar un trabajo e irme del barrio pero a corto plazo...  ¡Trabajar, madre mía! Le tengo fobia al trabajo.

Lo que de verdad me gustaría es vivir en la ciudad y tener este medio de transporte :



sábado, 17 de septiembre de 2011

Formas de expresión, adulación y subjetividad

Hay dos formas de expresarse; una, sacando lo que uno siente, y otra, sacando lo que piensa debe sentir. La primera es libre, es manera sana y la subjetiva, aunque también en el extremo la que puede llevar a la (¿sana?) locura (¿Cómo puede ser la más sana y peligrosa al mismo tiempo?). La segunda no es genuina, es impuesta por una moral externa, en realidad no expresamos sino lo que se nos ha impuesto que expresemos. Eso genera culpa y nos aleja de nosotros mismos, ¿Cómo podría ser de otra manera tras esa caída en los deseos ajenos? Si una persona sin necesidades económicas dice “dios mío, no tengo trabajo, que desastre”, en realidad no se siente mal por no tener trabajo, ese no es un deseo genuino no satisfecho, no, es un deseo impuesto no satisfecho. ¿Sigue siendo un deseo válido?

¡Rechazar un reconocido puesto de trabajo como escritor! ¿Qué significaría eso? Sé que detrás de ese asunto hay, de una u otra forma, algo importante. ¿Acaso no nos tientan con reconocimientos sociales? ¿Son venenosos estos por si mismos? ¿Qué se puede hacer con la adulación? Sería estúpido dejar de hacer algo que uno quiere solo por el hecho de que vayan a adularle pero también lo sería hacerlo  solo por ese motivo. La adulación es una trampa que nos empuja a hacer las cosas como los otros quieren. La pregunta esencial sería ¿quieres escribir? Y esta debe ser también planteada de forma genuina, no bajo presión.

¿Hay que pararse a pensar en si lo que uno escribe es correcto? ¿Y si no se aspira a más que a una forma de expresión? ¿Cómo iba a ser incorrecto? No puede serlo si no se aspira a la objetivación, si solo aspira a la expresión. Uno puede decir tonterías y estupideces sin control pero, si no se aspira a ser preciso, ni siquiera a ser correcto, sino solo a la pura y subjetiva expresión, será un trabajo bien hecho. ¡No se puede mezclar la expresión con la objetividad! La expresión es subjetiva por naturaleza, en el momento de su realización no puede ser objetivada, pues eso la eliminaría.

jueves, 15 de septiembre de 2011

"Perder la esperanza es la libertad"

Solo encuentro un poco de felicidad cuando renuncio de todo, cuando pierdo la esperanza. Después, me empiezo a ilusionar y se estropea todo otra vez.

"Perder la esperanza es la libertad", sí pero, ¿cómo perderla definitivamente?

¡Quiero ser barrendero!

 ¡Quiero ser barrendero! Joder, basta ya. Toda una vida con el estudio por aquí y el estudio por allá, ¿y para qué? Para acabar en una maldita y corrupta oficina sintiéndome totalmente extraño.

No sé si ese ser barrendero es un deseo genuino, aunque es cierto que me gusta la calle y el contacto natural con el pueblo, pero desde luego me llama más la atención que estar alienado en una maldita consultora haciendo que otra empresa sea más rica. No es que me moleste que la gente sea rica, aunque hay mucho ansia suelto, me molesta ese pensamiento que, con toda la razón, me dice "¿qué mierdas haces aquí?" 

No sé si es la oficina o soy yo, que eso no me gusta, pero me da igual, el caso es que para mí eso es un infierno. Pero claro, ya viene esa intransigente moral que me dice "pero hombre, ¿qué dices? tú que has estudiado una carrera, sabes inglés,... ¿Por qué hacer eso cuando puedes aspirar a mucho más?... Y ¿barrendero? ¿se te está yendo la cabeza?". Menuda trampa es eso. Corrupción es lo que veo en esos comentarios. ¿Aspirar a más? Por dios, ¿qué mierdas tenéis en la cabeza? ¿Por qué tanta gente piensa que hacer números en una oficina es haber llegado a algo? Es algo incomprensible. 

Levantarte sabiendo que no tienes que ver a tú maldito jefe con su moral (que en realidad no es suya, él es solo un engañado más) e irte a trabajar a la calle, a tu ritmo, en contacto con la gente y haciendo algo que sin duda es útil, limpiar las calles. ¡Qué diferencia! ¿Trabajo indigno? No sé, pienso en lo que se hace en muchas oficinas, especialmente consultoras y financieras, y no me atrevería a ponerle ese adjetivo al hecho de limpiar la vía pública.

Sí, el trabajo de barrer no es gran cosa, claro que no, pero comparándolo con la presión y el sin sentido que he vivido, lo veo tan sencillo y natural, veo tan claro que significa ese trabajo y porque se hace... Uno no tiene la sensación esa de "¿para qué mierdas sirve esto que hago?" Me parece uno de los trabajos menos sucios que hay. Menuda paradoja.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Una recomendación: "The pragmatic libertarian" (está en inglés)

No se si alguien que lea este blog tiene interés en la psicología y en el análisis de las relaciones sociales y familiares (aunque supongo es un tema que interesa a todos), sea como sea aquí dejo un podcast sobre filosofía y psicología, "The pragmatic libertarian" (en inglés, es lo que hay), particularmente lo que quiero recomendar es su parte sobre psicología, me parece interesante. El podcast tiene pocos seguidores y me parece a mí que se merece más atención. El chico que lo lleva, Shaun, tiene también un canal de Youtube "Xomniverse".

http://pragmaticlibertarian.libsyn.com/category/Psychology

jueves, 1 de septiembre de 2011

Expresándome

Creo que necesito expresarme, normalmente es algo que hago en mis escritos personales, los que no publico, pero, sin saber bien por qué, quiero hacerlo aquí.

No sé si es una locura esto de contar tu vida por Internet, tus sentimientos. He de reconocer que desde el principio he tenido dudas sobre este blog, sobre si era algo que tuviese sentido o era más bien un lloriquear , un buscar aprobación o quizás un poco de "fama" (estoy obsesionado con las estadísticas del blog, mirarlas se ha convertido casi en un tic).

¿Significa expresarse decir todo lo que llevamos dentro? ¿Y si nos da miedo hacerlo? ¿Es no expresarse estar siendo deshonesto? ¿Por qué nos da miedo expresarnos?

Al escribir esto, al igual que la anterior entrada, pienso que estoy dando explicaciones, en realidad es algo que siento con  mi blog en general. ¿Qué diferencia hay entre expresarse y dar explicaciones? Si un tema lo tienes claro ¿para qué escribir sobre él?, si no lo tienes claro, ¿buscas aprobación? ¿qué te digan que hacer? No sé, a lo mejor me estoy fustigando con esto. Es que no soporto que haya una división entre mi vida interna y la externa, entre como pienso y como me relaciono. Debería ser todo una misma cosa. ¿Para qué nos expresamos? ¿No es la expresión el reconocimiento de un problema? ¿Una persona sin conflicto interno necesita expresarse?

Es curioso, en un cara a cara todo esto lo diría con naturalidad, pero al ser un blog es como que tengo que guardar las apariencias. Es extraño. En el fondo todo lo que digo me parece normal, es mi tono lo me asusta, la vulnerabilidad con que lo escribo. Tal vez, lo único que quiera expresar es eso, que me siento vulnerable. Si, ¿qué pasa? Pero, ¿no es eso suficiente problema como para encima avergonzarnos de ello?

Lo que me parece curioso es que, cuando se acepta la vulnerabilidad, de repente, uno se hace fuerte, es como que te has destapado y ya nadie puede atacarte, pues no hay nada que atacar. Pero, si es así ¿por qué no aceptamos todos nuestra vulnerabilidad? ¿es realmente peligroso mostrarse al mundo tal cual uno es? Para mi, hasta donde me ha enseñado la experiencia, es justo al contrario, pero claro, uno ve a todo el mundo, con sus corazas, y ya no sabe que pensar. Hubo un tiempo en el que me mostraba al mundo libremente y me parecía que esa era, curiosamente, la mejor forma de defenderse en el mundo, aunque en realidad, como digo, no es una defensa, es un no tener nada que te puedan dañar. Eso es algo que he experimentado, quizás por eso todo esto me parece tan absurdo.

¿Vergüenza por existir?

No se, quiero irme a recorrer el mundo, a donde sea, pero algo me retiene aquí ¿Por qué mantener una situación de infelicidad donde me siento atado de pies y manos, donde no me siento libre ni respetado? A veces veo tan sencillo coger e irme... sin embargo, después viene un miedo tremendo, algo me dice "¿como osarás a irte? Eso es muy peligroso...¿que vas a hacer tu solo por el mundo?". No se si es la voz de mi padre o la de toda la sociedad que me mete miedo. ¿Será realmente una irresponsabilidad coger e irse? ¿Tengo que dar explicaciones a alguien? Yo no lo creo, sin embargo, otro pensamiento me dice "no, no puedes irte así por las buenas, las cosas no funcionan así".

Algo no funciona y me siento atrapado en este escollo, bloqueado. Mi gran duda es si debo ser paciente y esperar, hasta ver las cosas claras, o si ese esperar es una trampa. No se si, en este esperar, me estoy pudriendo.¿Por qué no cojo y simplemente me voy? Aquí no tengo nada, solo malos recuerdos, gente a la que no me apetece encontrarme y una familia que no es más que apariencia ¿Irme sería huir? ¿Huir de que? ¿de mi mismo? En realidad no se bien que significa eso, yo conmigo mismo no tengo problemas, es esta maldita moral que me han metido. Yo estoy muy a gusto conmigo mismo pero claro ¿como se si ahí fuera, solo, voy a ser yo mismo o voy a sentirme como una mierda, avergonzado? En realidad no se que puede pasar. ¿Agobiarme por estar solo? ¿No es eso una paradoja estando ya solo como estoy? Por que mi familia esta por aquí pero estoy solo. No solo eso, aquí tengo la presión de aparentar que todo esta bien, de ver como sufren al ver que no soy cómplice de sus mentiras.

Se que yo mismo puedo salir adelante solo, eso es seguro, me tengo en muy buen estima, el problema es que no se cuanto queda ya de mi mismo. No se si eso es una contradicción pero es así como me siento. Cuando pienso libremente, me veo capaz de todo, la vida me parece sencilla, sino en lo práctico al menos en lo psicológico, pero, cuando se me echa encima la moral y la vergüenza, todo se viene abajo de repente. Esa es mi cruz, ese sentir que hay algo en mi inadecuado de lo que me avergüenzo, algo que no sabría describir, que no se que es. Es como si fuese sencillamente vergüenza por existir.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Ateísmo, ¿una nueva "religión"?

Se habla mucho de ateísmo por Internet, particularmente mi experiencia es en Youtube, por donde navego mucho y donde se me cruza constantemente este tema mientras busco cosas que me interesan. Tampoco es un tema que no me interese, de hecho creo que estamos muy condicionados por al mentalidad cristiana, con toda su moralina y todas sus amenazas, sin embargo, veo tanta obsesión y discusión con el tema que me hace sospechar, me hace pensar "¿esta gente está de verdad tan preocupada por el asunto de Dios?"

Pienso que una persona puede evadirse de la realidad con muchas cosas, desde las drogas hasta el fútbol o la religión, ¿por qué no iban a poderse evadirse con el ateísmo? Casi cualquier cosa es susceptible de ser usada como una ideología a  la que apegarnos, aún cuando en teoría esta defienda la razón y el pensamiento crítico (de hecho, esa es una buena excusa para convencernos de que no estamos siendo irracionales). Pero una cosa es la teoría y otra la práctica y yo con frecuencia veo mucha irracionalidad en quienes propagan la razón y mucha alabanza entre quienes propagan el ateísmo. 

 Me parece que muchas personas llegan a ser ateos, particularmente ateos activistas, por las mismas motivaciones psicológicas que llevan a la persona a la religión: para evadirse de su realidad, para sentir que se forma parte de algo, para sentirse seguro,..., lo cual es una paradoja. No digo que ser ateo y difundir esas ideas me parezca mal, no, de hecho, trabajos como de Richard Dawkins, por ejemplo, me parecen muy necesarios y creo que han hecho bien a mucha gente, a mí incluido, pero eso es una cosa y otra muy distinta es encerrarse en grupitos ateos que declaran la guerra a Dios. Yo me pregunto: ¿Qué sentido tiene que se junten los ateos?  No sé, yo no me uniría aun grupo anti-duendes. Ya se que no es lo mismo, que aquí no hay ninguna religión de duendes imponiendo moral ni viviendo de las arcas públicas, pero lo que quiero decir es que no es una motivación activa, no es un un juntarse por algo creativo, es un juntarse por no compartir una irracionalidad. Como yo lo veo, la única razón constructiva de que ateos se junten (me refiero a juntarse por el propio hecho de ser ateos) es para hacer una labor productiva al respecto. Hay programa americano, "The atheist experience", que sí me parece un enfoque apropiado del asunto, lo enfoca desde la serenidad, la razón y la actitud productiva, no desde la pasión irracional y las dudosas intenciones. No se identifican emocionalmente con el ateísmo ni crean su grupito anti-religión, sencillamente analizan el tema desde la razón. Punto. Y eso que allí el fanatismo religioso es fuerte, lo que podría propiciar que fuesen más radicales. Por cierto, me encantan los tipos que presentan ese show, ese es el tipo de gente que necesita este mundo: legales, cultos, racionales y que no quieren vendernos ninguna moto. Gente sencilla y sensata, en definitiva. Ese es el activismo ateo que yo defiendo.

Pues eso, que Dios no existe, que sí, pero no trasformemos el ateísmo (o el pensamiento crítico o la ciencia, pues frecuentemente van de la mano) en una nueva forma de apego. ¿No es mucho más productivo sencillamente no dedicarle tiempo al ataque de Dios y solo enfrentarse a la iglesia cuando causa problemas reales? No sé, cuando veo a la gente haciendo apología del ateísmo o hablando de ese tema más de la cuenta siempre me hace sospechar. Por otro lado, hay gente, aunque quizás no mucha, y quizás por ingenuidad, que vive la religión de una forma productiva, al menos no destructiva, no todos son unos fundamentalistas que quieren que los no creyentes o pecadores vayamos al infierno. Personalmente, aunque no me considero creyente (pues la cosa no se sostiene), hay partes del mensaje de Jesús, al menos de lo que yo conozco, que si me parecen sabias, porque considero se ajustan a la realidad y que tocan acertadamente temas importantes, pero me da igual que sea de Jesús o del vecino del quinto. Tan sencillo como eso. También es cierto que hay mucha basura en la biblia; toda esa idea del infierno, el pecado original así como su apología al sufrimiento no parecen ser muy sanas que digamos. Nada sanas. No sé, en realidad nunca me he parado a analizarla seriamente por mi mismo, en realidad no me llama la atención ¿Debería? Hay quien dice que se debería leer, no ya por motivos religiosos, sino culturales, pero no termino de verlo claro (y el hecho de ser un enorme ladrillo con papel de porro no ayuda mucho)

No sé, ahora que acaba de venir el Papa aquí a Madrid y he visto toda esa parafernalia, tanto de unos, los católicos, como de otros, las manifestaciones laicas, pienso "madre mía que desastre, menudo circo, lo que hace la gente por no ser sinceros con ellos mismos y afrontar la vida con realismo". Sí, para mí es básicamente eso. Como no creyente no me identifico nada con la manifestación laica, que no veo que aporte gran cosa. Me parecen manifestaciones fanáticas y pasionales solo van a avivar la llama de la religión, y de su parte más fea. Y, sinceramente, no creo que el tema les interese realmente, como he dicho, lo veo solo una evasión y, es ese sentido, como una falta de honestidad. Por otro lado, si Jesús existiese, y levantara la cabeza, creo que pensaría "¿Pero que hacen dos millones de personas idealizando a ese señor en vez de seguir mi mensaje, que era de lo que se trataba?¡Con lo mal que está el mundo y de ponen a hacer eso!"

sábado, 27 de agosto de 2011

Prefiero obedecer órdenes externas que las mías propias

Detesto la autoimposición de una tarea. Casi prefiero obedecer órdenes externas que las mías propias, pues así, si lo que hago es una estupidez, no lo hago porque yo quiero. No tengo esa responsabilidad, nada peor que cargar con algo que ni querías hacer. En realidad, las órdenes, sean externas o internas, son ordenes, no son genuinas, no nacen de nuestro deseo o entendimiento, pero, las que interiorizamos (aquellas que no sabemos que nos han sido impuestas), no son solo órdenes sino que pensamos que no lo son, pensamos que son correctas, que "son lo que son" o, peor aún, no pensamos nada. En realidad, todas las órdenes son externas, en el sentido que no son decisiones propias, pero estas pueden interiorizarse o no. 

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿La rebeldía por la rebeldía?

El “deber ser” está por todos lados, también cuando uno pretende ser original “yendo contracorriente” ¿Es la gente que va a un concierto de Rage Against The Machine  gente rebelde? Evidentemente no tiene porque, el ser “rebelde” puede ser una etiqueta más a la que adherirse por motivos conformistas o de seguridad. No critico el conformismo, si lo que hay te gusta ¿por qué no conformarte?, ni tampoco la búsqueda de seguridad psicológica, algo que tal vea sea una necesidad, lo que me molesta es que se disfracen las cosas, que la gente no sea sincera ni genuina. Critico el que la gente forme parte de cosas sin saber porque, ya sea conformándose o rebelándose. Si no eres un rebelde, no lo eres, ¡no pasa nada!, tal vez no haya nada que te moleste particularmente y eso no tiene porque estar mal. Se puede ser muy genuino haciendo lo que todos, si eso es lo que te gusta, y se puede ser muy cateto haciendo algo que muy pocos hacen. Genuino significa “auténtico, legítimo”, no diferente. Madre mía, ¡cuanta gente conformista disfrazada de rebelde! Odio esa falsa rebeldía desde la barrera, que es cobarde porque en realidad no defiende nada, porque no está siendo honesto, igual que odio ese falso amor por la paz de los buenrollistas (no por lo del amor sino por lo de falso)

Antes que la rebeldía, está el sentido común. La rebeldía, si no tiene una motivación genuina, razonable y constructiva, es una estupidez. No soporto la rebeldía por la rebeldía. Mensajes como “no hagas lo que todos” me parece que esconden una trampa, un mandato, pues ya te están privando de hacer ciertas cosas ¿Y si quiero hacer lo que todos? ¿Acaso no es mucho más inteligente hacer lo que uno quiere, lo hagan o no lo demás? O mensajes como “rebélate” ¿Pero esto  que es? ¿Me obligas a rebelarme? ¿Quieres que me libere a través de órdenes? ¿Quieres que me deshaga de las viejas órdenes para aceptar las tuyas? No se, no se…

Y la rebeldía, entendida como un ataque a lo establecido, no es buena en si misma, solo lo es si la causa que defiende es justa y noble. La rebeldía es neutral ¡Exaltación de la rebeldía! ¿Por qué? ¿No habrá que hacer hincapié en aquello por lo que te rebelas? Vivimos en una sociedad de imágenes, nos perdemos en las formas, olvidándonos del fondo.

Bueno, esto es un potingue de cosas que quería decir. Lo leo y me parece poco estructurado, pero bueno, más que dar una opinión muy bien argumentada, quería expresarme

viernes, 5 de agosto de 2011

Dar una flor a un antidisturbios si es violencia

En todo esto del movimiento 15M se esta viendo a menudo como muchos manifestantes, bajo el lema del pacifismo, se dedican a poner flores a los antidisturbios. Eso para mí, no solo es violencia sino violencia cobarde, pues se disfraza de pacifismo. En inglés existe la expresión "passive agressive", que significa un  ataque indirecto, nunca de palabras directas y por supuesto nunca físico, un ataque que usa la moralidad y el chantaje emocional para hacer daño. Es la forma de atacar de los cobardes, quienes, ante su miedo a la confrontación directa, la hacen disfrazada de bondad, para protegerse. Para mí estos floristas son "passive agressive people"

 ¿Por qué les ponen flores? ¿Quieren decirles "tu malo y yo bueno"? ¿Acaso alguien piensa que eso no le molesta al policía?

 Por otro lado, si la persona hace eso, es porque piensa que la policía es mala por definición y es partidaria de un estado no policial ¿Me gustaría ver que piensa del uso policial de la fuerza ese buenrollista cuando le estén atracando por la calle? ¿A ver si en ese caso prefiere que el policía lleve flor en vez de porra?  

No quieres antidisturbios, entonces, ¿qué propones alma de cántaro? ¿qué cada uno haga lo que quiera? ¿qué mil personas se instalen en la plaza de Sol por tiempo ilimitado sin que nadie les diga nada? Oye, chico o chica de las flores, me voy a instalar yo en tu casa, así por la cara, a ver si cuando venga la policía a echarme por la fuerza les pones una flor. Ahí ya no lo ves tan claro ¿eh? Deja ya de ir de buena persona haciendo gilipolleces con las flores, anda. Es ofensivo y no aporta nada, no eres más bueno por hacerlo. La violencia no es solo física.

Y eso que los antidisturbios están aguantando lo inaguantable,  de eso doy yo fe.

lunes, 1 de agosto de 2011

New Age, "acéptalo todo"

Me ha venido a la cabeza este asunto del New Age y la espiritualidad, sobre todo está espiritualidad Fast Food que existe hoy en día en occidente ( desconozco como se vive la espiritualidad en oriente). Creo que hay que tener cuidado con esa idea que venden de que “hay que aceptarlo todo”, pudiendo dar a entender con ello que si uno, por ejemplo, se siente mal con sigo mismo, eso es algo que debe aceptarse y contra lo que no se pude hacer nada. Está claro que debe aceptarse en el sentido de que es una realidad que te afecta, y hay que reconocerla, pero eso no implica ese “sencillamente sucede, no pasa nada, acéptalo”. Parece que es una pequeña cuestión de matiz pero la diferencia es enorme, tanto que puede suponer la diferencia entre tragarse la mierda (por "deber aceptarla") o sacarla. 

El problema que veo con el New Age es que si uno, supongamos desesperado por una injusticia, grita “joder, estoy harto, quiero  dejar de hacer esto ya” le pueden responder “no te resistas, acepta lo que es”, lo que es más una forma de decir “acepta y calla” que “venga, suéltalo y quédate a gusto”. Además, te venden ese conformismo y esa falta de cuestionamiento como si fuese una liberación. Está queriendo hacer ver que esa expresión de enfado es una negación de lo que es y que, por lo tanto, es una actitud  errónea. Y, ciertamente es una negación, pero en el sentido de negar algo doloroso, de no querer seguir sintiéndolo, no en el sentido de no reconocerlo. Te pueden decir “si te cabreas es que no estás aceptando lo que es” y, claro, así te tienen cogido por los huevos.

No sé, todo esto del New Age me huele mucho a chamusquina, buscan conectar con la realidad pero yo más bien veo que se evaden. Se supone que son muy liberales pero después son muy cerrados en su forma de pensar, a menudo vaga e irracional. Desde luego no fomenta la mente crítica. ¿No es todo esto un cuento chino ( o indio)?

sábado, 30 de julio de 2011

Marie Digby, "Your love"


Menudo temazo de Marie Digby, "Your love". Además es un tema compuesto por ella, me quedé flipado al leerlo. Lo canta con una dulzura increible, parece un ángel caido del cielo. Puro sentimiento. Esperemos que la sociedad o industria musical no se cargue este talento.


Interpretaciones de Karen Alloy

Una buena historieta e interpretación de Karen Alloy, muy punk. Tema  de Crila, "La ballade des losers", muy guapo.



Y esta otra, muy chula también, donde canta ella. Es algo así como una mezcla entre techno-pop y rap que suena muy bien. El tema es "Enter the Party" de Kevin MacLeod y la letras,"girls like candy", de Karen Alloy


lunes, 25 de julio de 2011

Movimento 15M. Cada huevo en su cesta

Mi opinión es que el 15M es una forma mediante la cual sus participantes canalizan, erróneamente, sus problemas personales, "poniendo huevos en cestas que no corresponden". Lo que yo veo son principalmente gente joven que se "queja por quejarse" (ojo, que expresarse y quejarse está muy bien y es muy necesario, pero con lo que corresponde), jóvenes que curiosamente no son los afectados directamente por la crisis, como lo son las familias donde ningún miembro trabaja o las personas desempleadas sin ninguna red de apoyo. También hay muchas personas que ya estaban en una situación económicamente complicada antes de la crisis, aunque en gran medida elegida por ellos como forma de vida (lo que me parece respetable), y que aprovechan la crisis para "armar ruido". Son los "perroflautas". ¿Por qué se quejan si han elegido esa forma de vida? La verdad es que, en términos comparativos, veo poco a los verdaderos afectados por al crisis y desde luego no veo que sean los que manejen el cotarro.

Todos tenemos problemas y, si en vez de ir trabajándolos, comprendiéndolos y sacándolos, nos los tragamos, como en mi opinión sucede a menudo, en estas circunstancias se hace muy tentador expresarnos bajo el lema "el sistema es una mierda" cuando surgen movimientos de este tipo. Eso es lo que, en mi opinión, están haciendo la mayoría de los manifestantes. Yo no digo que no haya injusticias ni que no haya que alzar la voz contra ellas, por supuesto que hay que hacerlo, pero hay que ser justos y expresarse ordenada y racionalmente con lo que de verdad nos duele, con lo que de verdad causa los problemas. Vamos, no echar balones fuera. Y, para ello, es necesario un esfuerzo de comprensión y madurez para analizar y reconocer cada situación personal y ubicarla en el contexto social, en vez de  sencillamente bajarse a la "mani" porque nuestros amigos van (y no vamos a ser menos, claro) y gritar  cosas como"no hay café pa tanta lechera (furgonetas de la policía antidisturbios)", comentarios que obviamente no son serios, como mucho graciosos, si uno está de humor.  En serio, lo vi hacer ayer y resultó muy desconcertante, da una imagen muy poco seria. También vi cantidad de insultos cargados de odio injustificado hacía la policía, la verdad es que pensé "no me extraña que después alguno se lleve un porrazo". Y, si alguno se lleva un porrazo injustamente, no puedo sino pensar que, al menos en parte, se debe a esos provocadores.

Personalmente estoy pasando un momento difícil por varios motivos (familiares, laborales, de amistades, de desengaños y ruptura de esquemas mentales,...) y para mí sería muy fácil salir a la calle, fundirme con la masa y empezar a echar balones fuera gritando "el sistema es una mierda". Pero eso me parecería  inapropiado, improductivo y sencillamente injusto. He bajado un par de veces a ver las manifestaciones, para ver que se cuece, y la verdad que se respira cierto bienestar de grupo, uno se siente de alguna manera acogido viendo a la gente unida luchando por una causa,  pero ese bienestar es por la propia unión de las personas, que en si misma es bonita, no es porque se estén enfocando las cosas correctamente. Estoy convencido que, en la Alemania nazi, en las grandes concentraciones del pueblo y el ejercito, con Hitler a la cabeza, uno se podía sentir también muy seguro y con una gran sensación de pertenencia. Creo que confundir el "éxtasis de grupo" con la racionalidad y hacer las cosas con sensatez es un error que puede ser peligroso. 

  Echar la culpa al sistema de una manera tan directa solo me parecería razonable en una dictadura. En el mundo en que vivimos, la democracia occidental de libre mercado socializada (aunque habría que hacer matizaciones por países), el sistema más libre y justo que, hasta donde yo se, se ha conocido, echar la culpa de todo al sistema me parece, cuanto menos, excesivo. Además, la palabra sistema es ambigua, decir el sistema a secas, sin precisar con concreciones, es un reduccionismo enorme, como si fuera algo muy sencillo  que simplemente estuviese mal. Creo que se trata de separar lo bueno y lo que tanto a costado conseguir, como las libertades (de expresión, de asociación,...) o la creación de riqueza, de lo malo, como los excesivos precios de la vivienda o la corrupción.  Se trata de hacer críticas concretas, ordenadas y fundamentadas.

Una de las cuestiones que a mí personalmente mas me preocupan de la sociedad actual, lo que me realmente parece un problema serio, es toda esta obsesión por tener éxito, seguridad o, al menos, por encajar, por ser "normal", obsesión que nace de la falta de comprensión de uno mismo y del mundo y que son potenciadas por la publicidad, la industria de la moda o las corporaciones (con sus modelos de éxito), entre otros, quienes nos dicen que tenemos que ser esto o lo otro para poder sentiros a gusto. Y nos tragamos toda esta mentira por nuestra incultura, por no pensar crítica y objetivamente por nosotros mismos, por identificarnos con la masa, que es lo más cómodo. Al no ser personas independientes, que se sustentan sobre sus propio juicio, sentimos miedo y buscamos la seguridad a cualquier precio, el "sálvese quien pueda". Así, pasamos a estar a expensas de lo que instituciones o grupos de moda digan.  Eso si me parece un problema serio, por esto yo sí saldría a la calle.

Como yo lo veo, el sistema no es el principal problema social, lo que no implica que no haya problemas o insuficiencias de tipo institucional o económico que haya que tratar. Con un sistema como el que tenemos, las cosas podrían ir mucho mejor si las personas fuesen intelectual y emocionalmente independientes y, si en vez de estar apegadas a las ideas de éxito, consumismo o conformismo, creasen su propio destino y resolviesen sus propios problemas basándose en la razón y el conocimiento. Sin embargo, no creo que sucediese lo mismo si se diese un cambio de sistema (no se me ocurre cual) sin un cambio en las personas. Esta transformación personal supone, no solo no dejarnos engañar,  por ejemplo comprando cosas que no necesitamos o aceptando hipotecas que no sabemos si podremos pagar, sino también un tener más conciencia a la hora de vender humo o engañar a la gente, por ejemplo. El cambio empieza por uno mismo.

El mundo está lleno de injusticias, sin sentidos e irracionalidades, desde las ambiciones desmedidas  hasta la la incultura o la identificación ideológica que se antepone al sentido común, con todo lo que eso provoca (guerras incluidas, por supuesto) pero son las personas las responsables, que empiezan siendo victimas para ser, más tarde, víctimas y verdugos de esta forma de vivir. Decir que es culpa del sistema es una generalidad muy ambigua, un echar balones fuera para no coger el toro por los cuernos y empezar a ver las cosas con más realismo y responsabilidad, pues cada uno de nosotros, con nuestras actitudes y visiones sobre el mundo, también afectamos también al estado de las cosas. Y mucho. Quejémonos, si, pero con aquello que causa realmente los problemas y, de paso, mirando también nuestro propio ombligo, que nunca está de más.

Creo que sería muy sano que cada manifestante se preguntase honestamente "¿Por qué estoy aquí?", "¿Ha sido una decisión propia meditada o un "dejarse llevar" por lo que otros dicen?","¿Realmente es por el sistema o estoy aprovechando esto para sacar todos mis asuntos personales?" Se que hay gente que realmente tiene por lo que quejarse pero, por lo que yo he visto, no está  muy representada por ese movimiento. En realidad pienso que les perjudican, por la falta de seriedad.

Hay mucho por lo que moverse y hay mucho que expresar pero, por favor, cada huevo en su cesta.

sábado, 16 de julio de 2011

pensar tranquilamente

Se dice mucho “esa persona piensa demasiado” o, si eres joven, la expresión “se raya mucho”. Ese tipo de razonamientos parecen incitar al no pensar, al “hazlo, no lo pienses”, cosa que puede ser muy improductiva y puede llevarnos a hacer cosas de mala manera. Si uno no tiene problemas con algo, si no necesita pensar sobre ello, perfecto, que lo haga y punto, pero que no le diga a nadie “no lo pienses tanto”, pues tal vez esa persona necesite su tiempo para ver que quiere hacer y de que manera. Si necesitamos pensar algo lo pensamos ¿Qué sentido tiene el “no lo pienses tanto”? Solo va hacer que personas que necesitan su tiempo se sientan presionadas a actuar. Si hay que pensar se piensa, y punto.

Ir a lo tuyo

Ayer, después de haber pasado unos días algo agobiado, me vino una idea a la cabeza que me tranquilizó y me hizo ver las cosas más claras. Es curioso, esto me vino después de salir a dar un paseo en el que me sentí triste y solo, no esperaba despejarme precisamente después de ese momento. Al llegar a casa me puse a ordenar mis pensamientos en una pizarrita pequeña que tengo y, después de pensar un rato en la esencia de las relaciones sociales, sobre que es lo realmente importante y valioso en ellas (una de las cosas que me agobia es la idea de la soledad ), lo vi claro: se trata de ir a lo tuyo.

Claro, hay que explicar que quiero decir con eso. Ir a lo tuyo es no hacer nada que no consideres correcto hacer, es no hacer nada por conformismo, es no hacer nada de manera forzada, en el sentido de autoconvercerte que es lo que deberías hacer, cuando no es sino una presión exterior. Hay veces que a uno le fuerzan a hacer cosas y se prefiere seguir las obligaciones a no sufrir las consecuencias, como es el caso de   cumplir las leyes, sin embargo, esto, si no se interioriza el mandato como un "sí, es lo que debe hacer", sigue siendo ir a lo tuyo. Tienes claro que, si no te obligasen por la fuerza, no lo harías, así que, no existe alienación.

 Así, si te invitan a una cena de empresa y no te apetece ir ni ves ninguna utilidad en ello sencillamente no vas, si no te apetece ir de vacaciones con tus amigos ese verano no vas, si te apetece estar dos años sin trabajar pues no trabajas, etc... Inmediatamente, al decir esto, te responden con un "si pero no puedes ir a lo tuyo" o "hay cosas que hay que simplemente hay que hacer", con lo que no estoy nada de acuerdo, si puedo ir a lo mío y no hay nada que tenga que hacer.

Evidentemente todo tiene unas consecuencias y hay que tratar con ellas. Un ejemplo claro es el de no trabajar, para mí es totalmente moral no trabajar, pero claro, hay que asumir las consecuencias. Si no trabajas no ingresas dinero, así de sencillo. Yo, por ejemplo, ahora no trabajo, y no lo hago porque sencillamente en este momento no quiero, no me interesa, sin embargo, soy responsable con el tema del dinero, vivo muy humilidemente de los ahorros de cuando trabajaba. No salgo a cenar, no me voy de vacaciones, no compro la ropa innecesaria ni me doy caprichos. Renuncio  todo eso por tener la libertad de disponer de mi tiempo, que es lo que ahora mismo necesito, para escribir, aprender (ahora, sin la presión de los exámenes y los títulos, me ha dado por estudiar de todo, desde historia hasta filosofía o ciencia...¡que poco aprendí en el colegio!), pasear y para replantearme que hacer con esta atormentada existencia. Ahora, también hay que decir que en este momento vivo con mis padres, de otra manera se me haría bastante difícil pero, de vivir fuera, aunque la necesidad de dinero apretase y tuviese que activarme, no sería algo que  hago como un deber moral sino como una necesidad real, lo cual es muy distinto. Eso es algo que he comprobado.

 Se trata de ser racional y crítico, no hacer las cosas porque todos lo hacen o por un no cuestionado "hay que hacerlo". Básicamente consiste en cuestionarlo todo de una manera racional y lógica y actuar en consecuencia. En realidad, es lo más normal del mundo pero estamos un mundo loco.

Lo de ir cada uno a lo suyo, en el sentido que digo, no solo es saludable para la persona sino que es indispensable para crear relaciones sanas, ya sean de pareja, amistad o del tipo que sean. Si una persona no es libre no se puede relacionar de una manera correcta y tenderá a apegarse a las personas, ya sea abusando o dependiendo de ellas. Yo veo esto en todos lados, es el pan de cada día.

Aquí os dejo un vídeo de Stefan Molyneux (Freedomain Radio) que expresa bien lo que digo. Esta en inglés pero es sencillo de entender ( y, si no lo entendéis, ¡ tenéis que estudiar inglés chicos!...si queréis claro... XD). Le iba a poner subtítulos pero el vídeo es muy largo y esto de los subtítulos es un coñazo.