lunes, 28 de noviembre de 2011

Otra recomendación: Aaron0883 (en inglés...lo siento)

Voy a hacer otra recomendación de youtuber, Aaron, su canal es Aaron0883. Es un chico con mucho carácter pero muy honesto también, dice cosas muy interesantes y rompedoras. Y las dice con fuerza. Uno de los youtubers que más me ha gustado. No deja indiferente. Especialmente interesantes son sus series de vídeos sobre educación. Por cierto, ya no sube vídeos. 

Su canal
http://www.youtube.com/user/aaron0883

Y una edición de una hora de sus videos de educación hecha  por otro usuario




Y, para los que no saben mucho inglés, como alguna malquerida que habrá por ahí, este

sábado, 26 de noviembre de 2011

Una pregunta: ¿Pensar o avanzar?

Os quiero hacer una pregunta, queridos lectores (jeje, eso suena como un famoso que se dirige a sus fans). Estoy pensando que, si una persona lo ha pasado mal durante una época larga de tiempo ¿necesita para estar bien hacer introspección de lo que le ha sucedido, para poner las cosas en orden, o simplemente se trata de pasar página y cuanto menos pienses en el pasado mejor ? A veces pienso que se se trata de poner un punto y final, olvidarse de  todo y sencillamente empezar algo nuevo, otras, sin embargo, creo que, si no vas gestionando lo que te va ocurriendo, no se puede avanzar correctamente, te llevas el muerto a cuestas y vas plasmando tus neuras por todo sitio que pasas. También pienso que hay que gestionarlo pero hay que hacerlo bien, pensando bien y no creando más problemas de los que ya hay. Creo que tengo complejo de pensar mucho y actuar poco. ¿Qué pensáis? 

jueves, 24 de noviembre de 2011

Recomendación youtuber sjforester81 (en inglés)

Aquí os dejo una recomendación sobre un chico Inglés, Steve, que hace vídeos dando opinión sobre diferentes temas, desde desigualdad social, asuntos internacionales hasta cuestiones psicológicas y experiencias personales. Me parece una persona interesante, honesta y racional.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Angustia al despertar.

Hoy, como muchos otros días, me he levantado con ansiedad, o con angustia, para ser más exactos. Es curioso, en esos momentos en los que uno está despertándose, donde no se está ni totalmente despierto ni totalmente dormido, tengo la impresión de estar más en contacto con mis sentimientos que durante el resto del día. Según me voy despertando, esa angustia tiende a desvanecerse. No desaparece, más bien pierdo el contacto emocional con ella. Intento retenerla, pues considero que es importante no desconectarse y ver qué significa, pero apenas puedo, es como si no estuviese preparado para sentir eso. Se difumina, como los sueños.

Me levanto y me visto rápido, quiero salir a pasear antes de que se difumine del todo. Salgo de casa y me voy a pasear por un bosque cercano. Me gusta pasear por el campo, especialmente días como hoy, con todas las hojas caídas del otoño y el frescor del campo después de una noche de lluvia. Había crecido incluso hierba. Sí, las condiciones perfectas para un paseo. Usando una pequeña cámara que desde hace un año uso a modo de vídeo-diario (una cosa que se me ocurrió hacer de repente un día y que creo ha sido bastante útil) intento expresar esa angustia para quitármela de encima, pero no me sale, es como si no pudiese acceder a ella. Al final, comento otras cuestiones que, aún interesándome, no van al fondo de la cuestión. Tengo esa sensación de que se me está escapando algo importante.

Creo que esa angustia esconde las cuestiones emocionales que tengo pendientes, lo que me hace sufrir y tengo que trabajar, de ahí ese salir rápido a pasear con la cámara. Es un intento de soltarlo rápido para que no se me escape, por así decirlo, pero no parece tan sencillo. Quizás, si le cuesta salir, sea porque aún no estoy preparado para gestionar ese asunto. Pero, claro, al saber que son cosas que tengo pendientes me sabe mal que se queden ahí aparcadas. Es ese no saber bien cuando forzar, por pensar que me estoy acomodando, o cuando dejar estar y tomarlo con calma, por pensar que me estoy presionando. 

Después del paseo llego a casa y me pongo a hacer otras cosas. Sí, estoy más o menos tranquilo, el paseo me ha sentado bien, pero sigue esa sensación, aunque ya muy de fondo, acallada por la rutina del día a día, de que falla algo. En realidad, sé más o menos por donde van los tiros (temas familiares, haber llevado una vida alienada,...) pero una cosa es un darse cuenta intelectual, por así decirlo, y otra, darse cuanta realmente, viendo las cosas tal cual son, sin decoros y sin dejarse nada. 

domingo, 13 de noviembre de 2011

¡ Exprésate! ¡Sé tu mismo!

Me parece que cada vez existen más mandatos tipo "¡exprésate!", "¡sé tu mismo!", "¡realízate!" o "¡ diviértete!". Son lo que yo llamo "mandatos posmodernistas", no sé si acertadamente o no. Esto es algo muy curioso pues son cosas que deberían salir de uno de forma genuina, lo cual me parece algo de sentido común ¿Cómo se puede imponer la expresión? Si uno se siente cómodo, tiende a expresarse de manera natural, ¡nos gusta expresarnos!, y, si no lo hace, es porque no se se siente cómodo. Y ello será por la causa que sea (por no confiar en las personas, por tener una moral que se lo impide,...), pero el caso es que a uno no le sale. Y no considero productivo forzarse a hacerlo o avergonzarse, pues, al ser un mandato, está mal visto no hacerlo. Es algo curioso, raro.¡"Sé tu mismo"! Igual, ¿cómo se puede imponer el ser uno mismo? Si uno trata de ser el mismo porque se lo dice otro ya no es el mismo. ¡"Diviértete"! Parece que si no te diviertes no eres nadie, además, curiosamente nos ofrecen formas de diversión predefinidas, como salir a tomar cervezas, al cine o ir de compras (así, en general, aunque no necesites comprar nada). Si eres joven y el fin de semana te quedas en casa leyendo, no eres nadie. 

Lo curioso es que estos mandatos producen el efecto contrario; ni nos expresamos libremente (solo una falsa libre expresión, que no es expresión ni es nada), no somos nosotros mismos, ni nos divertimos.

martes, 8 de noviembre de 2011

Sobre la atención

Me cuesta mantener la atención, suelo ir saltando de una cosa a otra sin terminar de centrarme en nada. Me cuesta mantenerla especialmente en cosas como, por ejemplo, un manual de instrucciones Se me hace imposible, me ponen nervioso. La sensación que tengo es de que me están contando algo que no me importa, que no es lo que quiero saber. Me exige una atención que no le puedo ofrecer, que no le quiero ofrecer.

Me ha surgido esta cuestión hoy al intentar ver un vídeo de Youtube sobre un tema que me interesa, o que creo que me interesa, pues si me cuesta mantener la atención eso me hace preguntarme si realmente me motiva, que me hace sospechar que tal vez  fuerzo el interés (¡Qué feo eso de forzar los gustos!). En realidad, el vídeo si creo que me interesa (al menos más que un manual de instrucciones). Trata de la comunicación no violenta desarrollada por Marshall Rosenberg, una cuestión qué me parece relevante y que da en el clavo con cuestiones que me parecen importantes. Sin embargo, hay algo que no me deja atender, como si no lo estuviese enfocando bien y tuviese algo más importante que abordar. Sí, esa es la sensación, diría que hay un conflicto en mi atención, un conflicto que parece indicarme que no estoy enfocándome a aquello que realmente requiere mi atención, que me estoy dejando algo

 Considero que la atención se dirige de manera natural hacia aquello qué es más importante para nosotros, o que consideramos más importante, y eso es algo que hay que respetar. Aún cuando nuestro interés esté basado en un error de comprensión, de creer que las cosas son de una manera que en realidad no son, hay que respetarlo, pues el interés, en si mismo, valioso. Dicho eso, también habrá que preguntarse porque nos interesa lo que nos interesa. Si uno no consigue centrar su atención hacía una cosa pienso que es porque realmente no le importa y, si es así, por algo será. En ese sentido, más que forzarse, habrá que entender que es aquello que realmente nos interesa y las razones por que estamos forzándonos a atender a otra cosa. Lo que nos interesa es lo que nos interesa y eso tendrá sus explicaciones, que, por otro lado, pienso tienen que ver en gran medida con nuestras necesidades. Vamos, que no se pueden imponer los intereses, no se puede imponer la atención.

En este aspecto, resulta interesante estas nuevas "enfermedades"como el déficit de atención y la hiperactividad. ¿Déficit de atención? Que una persona no quiera atender a lo que el profesor dice no tiene porque significar que el niño tenga un problema, bien puede significar que lo que le cuenta el profesor no le interese nada, que no tiene nada que ver con sus necesidades ni su cotidianidad. Eso me parece sin duda mucho más lógico, ¿qué le importa a un niño de once años, en su pleno despertar a la vida, la tabla periódica de los elementos o las conquistas de Napoleón? En realidad, si podrían ser temas de interés, pero si se presentan de una forma atractiva, que conecte con las necesidades del niño y donde se le explique el porqué eso le debería importar (un poco de pensamiento crítico, no borreguil, nunca está de más). Lo mismo si está "excesivamente activo", ¿cómo la plena energía de un niño se puede catalogar de enfermedad? ¿No será que necesita algo que realmente le motive en vez de estar escuchando un aburrido y descorazonador discurso? Y es que, repito, no se puede imponer lo que nos debe interesar.