martes, 26 de abril de 2011

EFT: Fraude, mentira, estafa, cuento chino,...

Dentro del mundo de las estafas de las terapias alternativas hay una que no he visto demasiado criticada, tal vez sea porque es bastante nueva. Se llama Técnicas de Liberación Emocional o EFT (del inglés Emotional Freedom Techniques) y promete de todo sin cortarse ni un pelo. Pero de todo de todo

 Me topé con este asunto hace unos tres años, cuando desconocía que todo tema de las terapias alternativas era un fraude y la verdad es que era bastante inocente al respecto (y no creo ser el único), realmente no pensaba que la gente pudiese ser tan miserable y mentirosa como para vender falsas esperanzas con esa cara tan dura y esa tranquilidad. Es algo que me deja con la boca abierta. Esa inocencia, sumada al hecho de estar pasando un mal momento emocional, me convirtió en carne de de cañón para este tipo de embustes. Y, al ver todas las promesas que hacían, pensé "¿será posible que por fín haya encontrado algo que solucione todos mis problemas y angustias?". Me parecía demasiado bueno para ser cierto pero claro, como lo decían con tanta "convicción", tenían tantos "testimonios", y además era tan sencillo de hacer, pues ¿por qué no probarlo? Tampoco perdía nada.  Supongo que mi parte sensata me decía "esto no puede ser real", mientras que mi parte más emocional y dependiente decía "si, esto va a ser la solución, lo tenemos (el anillo, mío, solo mío)".

Pues lo probé  por mi cuenta, sin ir a ningún "profesional" ni nada de eso. Y nada. El único efecto que al final noté, después de unos días probando, fue una aguda sensación de estupidez por haberme tragado ese cuento. Menos mal que, aunque siendo ingenuo, siempre he tenido mi lado crítico y escéptico, siempre me ha molestado mucho que me engañasen, lo que me permitió cortar ese asunto y no hacer cosas como ir a algún "especialista" de EFT, quien seguramente me dijese que el problema era que no estaba aplicando el método bien, que sería bueno hacerlo con  un "especialista" (mientras me sacaba los cuartos, claro está).

Pero, ¿en qué consiste EFT? Para empezar hay que decir que se basa en la acupuntura, una práctica que, aunque haya alcanzado cierta fama, no tiene ninguna base científica. Toma de está antigua práctica el concepto de que existen unos canales de meridianos por los cuales fluye la energía vital, que la acupuntura llama el Chi. Pero jamás se ha demostrado ni que los meridianos ni el Chi existan. EFT es una especie de "acupuntura sin agujas". Como dice el manual explicativo de EFT, se basa en el principio de que "la causa de todas las emociones negativas es una interrupción en el sistema energético del cuerpo" (¡toma, ahí va eso!) y el método consiste en, a través de golpecitos en distintos puntos del cuerpo (en vez de clavar agujas), por donde se supone pasan los meridianos que transportan la energía, restablecer ese equilibrio energético. El problema, como decíamos, es que la existencia de ese sistema energético a través de meridianos no  está demostrada, por lo tanto, todo lo que  se construya a partir de ahí es pura charlatanería y tiene la misma validez que todo lo que pueda inventarme yo ahora mismo, como la "terapia de auras celestiales" (suena bien ¿eh?). Además, en caso de existir, ¿por qué se iba a restablecer el supuesto equilibrio con unos golpecitos? Eso tampoco lo explican. De hecho, si uno se lee la parte de "fundamentos científicos" de su manual explicativo, verá que son inexistentes. ¿No suena más esto a alguien que se quiere lucrar a costa de la desesperanza del personal? Eso o que el mismo Gary Craig -el creador de este circo- está tan desesperado, o tan confuso, que se ha tragado su propio cuento. Sea lo que sea lo que es seguro es que esto es una charlatanería más.

jueves, 14 de abril de 2011

Moralidad ¿ Causa de todos los males?

¿No es la moralidad la causa de todos los males? ¿No surgen todas las malas acciones de ese estado en el que uno se siente frustrado o alienado? ¿Y no nos frustramos cuando dejamos de expresar las cosas tal como las sentimos y, por lo tanto, dejamos de vivir libremente, por sentirnos culpables por ello? ¿Y qué sino la moralidad es capaz de hacernos sentir esa culpa por el sencillo hecho de sentir?

Me refiero a la moralidad exterior, aquella que interiorizamos sin que realmente la comprendamos, sin que surja de nosotros mismos y que nos hace incapaces de expresarnos con naturalidad y sin culpa. No me refiero a esa moral que surge de uno mismo al comprender que cosas llevan a un buen resultado y cuales no.

Estoy hoy pensando en ello y me parece obvio que la moralidad es la causa primera de todos los males, es lo que nos corrompe, lo que nos dice "así no puedes ser, eso está mal". Puede incluso que determinada acción  que nos impongan sea beneficiosa en si misma pero, aún así, el  imperativo moral, por su propia naturaleza,  me parece psicológicamente insano, nos impide desarrollar nuestra propia capacidad de dirigir nuestra vida, de comprender por uno mismo que se debe y que no se debe hacer. La moralidad me parece particularmente peligrosa en el campo de los sentimientos. No se le puede decir a nadie que debe sentir (el sentimiento surge, no tiene ningún sentido condenarlo), eso empuja a dejar de hacer las cosas como uno quiere, como uno las haría si no le presionasen, y eso crea frustración. Y la frustración, ya se sabe.

Y creo que podemos interiorizar tanto la moral que ni siquiera la cuestionemos, lo que hace que, a la hora de buscar la causa de los males que ocurren en el mundo, busquemos en cualquier otro lado y pongamos el dedo en cosas que poco o nada tienen que ver. Por ejemplo, cuando un chico coge una pistola y se pone a disparar a diestro y siniestro en su colegio, no se suele decir que la moralidad ha frustrado al chico, quien, en un ataque de desesperación ha perdido el control, se dice más frecuentemente cosas como que tenía una enfermedad mental. Pero, ¿qué sino un ataque de rabia y desesperación, por estar sometido a una situación indignante y sin sentido, puede llevar a un chico joven de un país desarrollado a cometer tales actos? Aún aceptando que tuviese una enfermedad mental (aunque es una cuestión muy ambigua y cuestionable, no hay hechos científicos claros sobre que es una enfermedad mental y la manera de abordarla), eso no quita que esta fuese creada por una moralidad que impide al chico vivir libremente, sin frustración ni culpabilidad.  Cuando veo un caso como el de Columbine lo primero que pienso es "¿cuánto ha tenido que aguantar para llegar a eso?".

Últimamente he estado pensando en ello y, en cierta manera, lo he sentido como una revelación,  algo que  de repente me parece muy evidente.