Mostrando entradas con la etiqueta trabajo y obsesión con el exito. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta trabajo y obsesión con el exito. Mostrar todas las entradas

lunes, 24 de septiembre de 2012

Finge tu culpa

¡Hacer las cosas sin que las motive una presión externa! Eso produce la sensación de no hacer nada. No hay esfuerzo ni compromiso, no hay derrota ni victoria. Es otra forma de existir. Es paradójico, la forma más productiva de hacer las cosas es aquella en la que uno tiene la sensación de no estar haciendo nada.

Pero hacer las cosas así esta mal visto; la gente quiere que sufras, que te esfuerces. La gente quiere que te sientas culpable. No les gusta ver una persona que fluye por la vida sin una moral que lo torture. Es la dictadura de la culpa; dictadura innecesaria y demoledora.

Si no te sientes culpable ¡fíngelo!, de otro modo irán a por ti. Finge que te sientes culpable por estar solo, aunque desees la soledad. Finge que estás desesperado por no encontrar trabajo, aunque sepas que necesitas tiempo para ti. Si eres pobre finge que tu situación te vergüenza, aunque tengas todo lo necesario para vivir dignamente y consumir más te parezca innecesario e incluso grotesco. Finge que tienes un trastorno mental por no encajar en sociedad, de lo contrario se lo tomarán como un ataque y actuarán en consecuencia.

El mundo espera tu mentira, no le defraudes.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Miseria y estrés laboral en Londres

Salgo de trabajar y estoy hecho una mierda. Hoy estaba cansadísimo y no me apetecía nada ir. Desde hace unos diez días estoy trabajando malamente en una cafeteria de Londres, digo malamente porque los dueños son unos desgraciados que engañan y no pagan a los empleados. En mi caso, y gracias a un compañero que me puso al día, si me están pagando. Les dije que, o me pagaban en metálico cada día, o me iba. Y han aceptado, pero sigue siendo una mierda: No tengo un horario fijo, trabajo pocas horas, me pagan poco, sin contrato, los dueños son unos miserables,... El trabajo no está mal, es tranquilo y agradable, pero las condiciones son pésimas. La cafetería también hace caterings para gente de rica de Londres y hoy me ha tocado ir a uno de esos. Ha sido horroroso; montar el chiringuito, prisas, poner la sonririta a los ricachones, desmontar el chiringuito, cargar peso,...

Vamos, que me tengo que buscar otro trabajo. Joder, pero eso me da una pereza tremenda. Para mí, lo mejor es no trabajar, después trabajar y, lo último, buscar trabajo. Es como trabajar, o peor, pero sin cobrar. No me gusta buscar trabajo, me parece humillante, siento que me degrado al hacerlo.

¡Solo quiero un trabajo estable y medianamente decente que me de mi dinerito para dedicarme en mi tiempo libre a lo mío! No quiero está tortura, esta inestabilidad. No quiero esta miseria. LLevo aquí dos meses y medio y he tenido dos trabajos, y los dos han resultado una mierda. El segundo, el de la cafeteria, por las razones que he dicho, y el primero de fregaplatos en un restaurante, por la dureza. Duré veinte días en este trabajo. Fregando ocho horas seguidas a un ritmo vertiginoso, llenandome de porquería y con un ambiente en la cocina de lo más estresante. Sencillamente no podía, tampoco quería. Un trabajo que no le recomendaría a nadie. Me dejaba el lomo todos los días y aún así me echaron por lento.

Y nada, estoy aquí desperdiciando mi vida con el estrés laboral. Ya me vine jodido aquí por no aguantar ni a mi familia ni a la gente del barrio y ahora esto. Solo quiero un trabajito sencillo y poder dedicarme a lo mío, poder descansar de una maldita vez, que cuando no es una cosa es otra. Poder pillarme una habitación para mí, que ahora comparto hasta la habitación en un hostal (lo del hostal es otra, pero eso es otro capítulo). Por supuesto que de alquilarme un piso para mi solo ni hablamos, vamos, ¿cómo me atrevo siquiera a pensarlo?

Solo quiero descansar y dedicarme a lo mío. Tengo mucha cosas sobre las que me gustaría escribir pero así no se puede, este trajín y esta miseria te mata la serenidad, la creatividad,... , te lo mata todo.

lunes, 6 de febrero de 2012

¡No quiero trabajar! ¡Así no!

Siento una tremenda angustia, la presión por trabajar o por ese "hacer algo" me va a matar. Solo me siento bien cuando grito "¡cojones, no quiero trabajar! ¡Así no!" Mi actividad interior y genuina está aplastada, el monstruo del conformismo me acecha amenazador, quiere que me someta, que me convierta en un ser alienado, desprovisto de personalidad. Me grita "¡ponte a hacer algo ya de una puta vez!" Mis intentos desesperados por mantener mi subjetividad y no dejarme arrastrar no le llegan ni a la suela de los talones.

Entrar en el mercado laboral me parece un acto violento en si mismo. Tengo que corromperme para entrar ahí. Si digo que llevo más de un año y medio sin trabajar, tomándome un tiempo para mí (algo que necesitaba), no me contrata ni mi padre, menos aquí en Reino Unido, donde llevo dos meses exiliado. Aquí son unos enfermos del dar referencias y del justificar que se ha hecho. Y no solo para un puesto de ingeniero, qué por supuesto también, sino para cualquier trabajillo. ¡Cómo si tomarse un tiempo para uno fuese estar delquiendo por ahí! Es la enfermedad de la desconfianza.

No digamos si soy un poco más sincero y digo que realmente no me apetece trabajar. A casi nadie le apetece trabajar pero al ir a una maldita entrevista de trabajo hay que poner la sonrisita y decir que estamos altamente motivados. ¡Coño, qué te voy a hacer el trabajo bien pero no me hagas ser falso, si todos sabemos que trabajar es un coñazo! Además, te piden entusiasmo sabiendo que no lo tienes (ellos tampoco) De hecho, no te piden que estés entusiasmado, te piden que digas que lo estés, vamos, te piden conformismo. Es un sin sentido, pues justo esa "motivación" forzada mata una posible motivación auténtica.

Lo más gracioso de todo es que siempre he sido una persona que le gusta colaborar en la sociedad y ser productivo, pero a uno se le quitan las ganas. No se hacen las cosas son cariño ni racionalidad, son todo obsesiones y prisas, cuando no ponerle la sonrisita al cliente de turno. ¡Ponedle un poco de amor al asunto, coño! Pero del bueno, no de ese fingido. En serio, siento que para poder trabajar tengo mentir, que vender mi alma.

Viendo que apenas nadie se plantea estas cosas y todos se levantan y se van a trabajar como lo más normal del mundo me pregunto si esto no será una cosa mía y el mercado laboral es bastante racional. No sé si ese monstruo que me acosa está realmente ahí fuera o más bien en mi imaginación, pero, sea lo que sea, el pesado no para de acosarme.

Cada día entiendo menos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

¡Quiero ser barrendero!

 ¡Quiero ser barrendero! Joder, basta ya. Toda una vida con el estudio por aquí y el estudio por allá, ¿y para qué? Para acabar en una maldita y corrupta oficina sintiéndome totalmente extraño.

No sé si ese ser barrendero es un deseo genuino, aunque es cierto que me gusta la calle y el contacto natural con el pueblo, pero desde luego me llama más la atención que estar alienado en una maldita consultora haciendo que otra empresa sea más rica. No es que me moleste que la gente sea rica, aunque hay mucho ansia suelto, me molesta ese pensamiento que, con toda la razón, me dice "¿qué mierdas haces aquí?" 

No sé si es la oficina o soy yo, que eso no me gusta, pero me da igual, el caso es que para mí eso es un infierno. Pero claro, ya viene esa intransigente moral que me dice "pero hombre, ¿qué dices? tú que has estudiado una carrera, sabes inglés,... ¿Por qué hacer eso cuando puedes aspirar a mucho más?... Y ¿barrendero? ¿se te está yendo la cabeza?". Menuda trampa es eso. Corrupción es lo que veo en esos comentarios. ¿Aspirar a más? Por dios, ¿qué mierdas tenéis en la cabeza? ¿Por qué tanta gente piensa que hacer números en una oficina es haber llegado a algo? Es algo incomprensible. 

Levantarte sabiendo que no tienes que ver a tú maldito jefe con su moral (que en realidad no es suya, él es solo un engañado más) e irte a trabajar a la calle, a tu ritmo, en contacto con la gente y haciendo algo que sin duda es útil, limpiar las calles. ¡Qué diferencia! ¿Trabajo indigno? No sé, pienso en lo que se hace en muchas oficinas, especialmente consultoras y financieras, y no me atrevería a ponerle ese adjetivo al hecho de limpiar la vía pública.

Sí, el trabajo de barrer no es gran cosa, claro que no, pero comparándolo con la presión y el sin sentido que he vivido, lo veo tan sencillo y natural, veo tan claro que significa ese trabajo y porque se hace... Uno no tiene la sensación esa de "¿para qué mierdas sirve esto que hago?" Me parece uno de los trabajos menos sucios que hay. Menuda paradoja.

martes, 7 de junio de 2011

Tiempo para uno mismo y presión por trabajar

Hace algún tiempo, quizás algo más de un año, que me retire voluntariamente de la vida laboral, estaba harto de lo que hacía y quería tomarme un tiempo para mí, quería dejar de llevar una vida alienada e intentar descubrir que es lo que quiero hacer o , al menos, hacer algo donde no me sintiera tan extraño. En realidad no me retiré solo de la vida laboral, también cambié en otros aspectos, pero hoy es el tema del trabajo lo que me angustia. 

Tomarme mi tiempo me parecía lo más sensato teniendo en cuenta que lo que hacía no tenía ningún sentido para mí y sabiendo que la vida no tiene porque ser ese sentimiento de esclavitud y extrañamiento. Sigo pensando lo mismo pero tengo una angustia tremenda a estar "echándome a perder", a estar "bajándome del tren" y ese tipo de pensamientos. Mi pregunta es si esos pensamientos son realmente correctos y sanos o si, por el contrario, me empujan hacía la zona en la que tan mal lo pasé y tan perjudicial era para mí.

Sin duda, al estar un tiempo sin trabajar ,el mercado laboral te va rechazando, eso es un hecho más o menos objetivo, aunque siempre hay alguna opción o se puede hacer alguna triquiñuela si quieres volver. Yo estudié economía y he trabajado un año en una consultora, y eso, para mis casi treinta años es muy poca experiencia, tengo muchos "huecos". Después he trabajado como un año y medio en trabajos no cualificados mientras estudiaba malamente una oposición (en gran medida como excusa para poder pensar que estaba haciendo algo "decente"), pero eso, para el currículo de un universitario, no cuenta. Eso hasta que hace más o menos un año decidí tomarme este tiempo para mí.

Cuando decidí tomarme un tiempo para mí no lo hice con un objetivo concreto ni me planteé estar un  periodo determinado, sencillamente me retiré por necesidad, para salir de esa alienación. Me lo planteaba como un "me tengo que quitar esto de la cabeza y luego que sea lo que tenga que ser". Se trataba de "irse de" no de "ir hacía".

Me angustia la idea de estar tomándome este tiempo para mí, tengo la sensación de que es algo malo. Desde luego que, desde el punto de vista de la presión social, me agobio, el mensaje que percibo se podría resumir en un "pero tío ¿que haces?, tienes que trabajar, ¿que haces ahí intentando buscarle el sentido a las cosas, te vas a volver loco?". De la misma manera que con la presión por trabajar, veo una presión a no pensar por uno mismo, a no poder parar y tomarse las cosas con calma. Claro que uno también se acojona y piensa "¿se me estará yendo un poco la olla con esto?"

Supongo que se trata de analizar las cosas al detalle y analizar detenidamente el problema, ver a que me refiero con querer decidir por mi mismo, si hay alguna inmadurez en mi actitud,  ver si esas presiones tienen algo bueno que decirme o solo hay que desecharlas, etc. Ver que me sucede, en definitiva. Pero claro, me pongo a analizar estas cosas y me asaltan pensamientos tipo "deja ya de pensar y ponte a trabajar". Dios, entonces ¿que hago? ¿Cojo un trabajo al azar, el primero que se me ocurra? Si  ya, ese es el otro extremo...

miércoles, 30 de marzo de 2011

La degradación mediante el trabajo (E.M. Cioran)

Los seres humanos trabajan en general demasiado para poder continuar siendo ellos mismos. El trabajo es una maldición que el ser humano ha transformado en voluptuosidad. Trabajar con todas nuestras fuerzas únicamente por amor al trabajo, regocijarnos de un esfuerzo que no conduce más que a resultados sin valor, estimar que sólo podemos realizarnos mediante una labor incesante, es algo escandaloso e incompresible. El trabajo permanente y constante embrutece, trivializa y nos convierte en seres impersonales. El centro de interés del individuo se desplaza desde su ámbito subjetivo hacia una insulsa objetividad; el ser humano se desinteresa entonces por su propio destino, por su evolución interior, para apegarse a cualquier cosa: el trabajo verdadero, que debería ser una actividad de transfiguración permanente, se ha convertido en un medio de exteriorización que hace abandonar al hombre la intimidad de su ser. Es significativo que la palabra bajo trabajo haya acabado designando una actividad puramente exterior en la cual el ser no se realiza: sólo realiza.Que todo el mundo deba ejercer una actividad y adoptar un modo de vida que, en la mayoría de los casos no le conviene, es un hecho que ilustra la tendencia al embrutecimiento mediante el trabajo. El hombre ve en el conjunto de las formas del trabajo un beneficio considerable; pero el frenesíde la labor es signo en él de una propensión al mal. En el trabajo, el ser humano se olvida de sí mismo, lo cual, sin embargo, no produce en él una dulce ingenuidad, sino un estado próximo a la imbecilidad. El trabajo ha transformado al sujeto humano en objeto, y ha convertido al hombre en un animalque cometió el error de traicionar sus orígenes. En lugar de vivir para sí mismo -no en el sentido de egoísmo sino de una actividad dedicada a la búsqueda de plenitud-, el ser humano se ha convertido en un esclavo lamentable e impotente de la realidad exterior. ¿Dónde encontrar el éxtasis, la visión y la exaltación? ¿Dónde la locura suprema, la voluptuosisdad auténtica del mal? La voluptuosidad negativa que encontramos en el culto al trabajo es más un signo de miseria y de mediocridad, de mezquindad detestable, que de otra cosa. ¿Por qué los seres humanos no decidirían de repente abandonar su trabajo para comenzar uno nuevo totalmente diferente del que están ejerciendo inútilmente? ¿ No basta con tener la conciencia subjetiva de la eternidad? Si la actividad frenética, el trabajo ininterrumpido y la trepidación han destruido algo, es sin duda el sentido de la eternidad, del cual el trabajo es la negación. Cuanto más aumentan la búsqueda de los bienes temporales y el trabajo cotidiano, más se vuelve la eternidad un bien lejano, inaccesible. De ahí que los espíritus demasiado emprendedores posean perspectivas tan limitadas, de ahí la medicriodad de su pensamiento yu de sus actos. Y, a pesar de que yo no opongo al trabajo ni la contemplación pasiva ni el ensueño vaporoso, sino una transfiguración desgraciadamente irrealizable, prefiero sin embargo una pereza que lo comprende todo a una actividad frenética e intolerante. Para despertar al mundo hay que exaltar la pereza. Porque el perezoso tiene infinitamente más sentido metafísico que el agitado.

  E.M. Cioran



lunes, 28 de marzo de 2011

Consultoras de mierda

No sé por qué hasta hace no mucho he venido pensando que trabajar en una de esas consultoras, que cada día influyen más en nuestra vida diaria, era algo digno, algo exitoso (si, esa es la palabra). Bueno, si lo sé, porque me han engañando. Tampoco les culpo, los que lo hicieron también estaban ellos mismos engañados, al menos los que me engañaron a mí. ¿O si les culpo? No sé. Supongo que habrá gente que sepa que toda esas ideas del éxito y del darlo todo por la empresa (especialmente esta última) son un cuento chino o, mejor dicho, americano, y conscientemente decidan propagar esa mentira. Alguien tiene que estar moviendo los hilos. De hecho, aún no me he desecho totalmente de esas presiones tan desagradables de tener que "darlo todo", de creer que estás en un "gran proyecto" porque alguien lo diga, aunque he de decir que es una cuestión más emocional que racional, pues, si me pongo a pensar, no encuentro ninguna razón para defender esos trabajos ni , más en particular, esas actitudes. Claro, me lo han metido a fuego, y esto parece que no se va tan rápido. Tiempo al tiempo.

Sean conscientes o no allí te engañan, literalmente, te hacen creer que formas parte de algo importante. Cualquier niño o cualquier persona aún no idiotizada con esos temas, te dirá sabiamente que eso es una auténtico sin sentido. Te arruinan la vida, pues no solo te quitan la mayoría de tu tiempo (mucho más que en cualquier otro trabajo), tiempo que sin duda podría dedicarse en un trabajo más saludable, sino que te hacen creer que tienes o que conseguirás el éxito. Si, el éxito, esa palabra básicamente desagradable, que nunca sé bien que significa. Ya que nos joden la vida por lo menos podían ser francos, algo como "mira aquí te vamos a joder pero vas a ganar pasta". No solo hay que dejarse el pellejo sino además estar agradecido. En ese sentido no solo te quitan tu precioso tiempo sino tu libertad de pensar y sentir libremente. Y si te quejas de algo o un día no estas de humor te dicen que no tienes un "pensamiento positivo" y, como son tan buenos, pueden incluso regalarte un libro tipo "El secreto" o "¿Quién se ha llevado mis sesos mi queso?" para que desarrolles una buena actitud y te calles la puta boca. Por cierto, menudos libros, si Cervantes (o en realidad cualquiera) levantase la cabeza...

Por otro lado, seamos sinceros, los trabajos en consultoras son enormemente aburridos, un coñazo. Muchas veces cuando alguno me decía "a mí me gusta este trabajo" le miraba y pensaba "no tío, no te gusta". La gente se engaña a si misma para justificar situaciones que el sentido común no puede sostener. Me resulta difícil que el mundo de las consultoras o el financiero le pueda gustar realmente a alguien. No digo que no sea necesario, pero, seamos claros, eso no mola.

Solo he trabajado en algunas pequeñas pero mis informadores secretos (algunos pobres amigos o conocidos  quienes también se tragaron el cuento) me han comunicado que las consultoras grandes, como Atos, Deloitte o Everis, son auténticas carnicerías. Todo aquello de lo que me quejaba se quedaba en nada frente a sus historias ¡Dios mío, que panorama! Da miedo. No sé como hubiese reaccionado si hubiese caído en una de esas. Llevo muy mal este asunto.

Como diría Blasa "Ay señor, llévame pronto".

Por cierto, han llegado a engañar incluso a personajes históricos de lo más retorcidos, si no lo creen vean este vídeo.








sábado, 26 de marzo de 2011

El odio hacia los Ni-nis

 Estoy bastante harto de que la gente cultive su odio contra los llamados Ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan). Por cierto, yo no los llamo así, para mí es una etiqueta que significa "como no estudias ni trabajas eres un desgraciado", lo cual no me parece ni acertado ni productivo. Yo ahora no trabajo ni estudio, bueno en realidad si estudio, pero por mi cuenta, estudiando cosas que me interesan, no lo hago para "hacer algo", para no "ser un desgraciado", para no ser un ni-ni. Pero claro, si uno estudia por saber, por conocerse a si mismo y comprender el mundo en el que vive, eso no cuenta. Si uno quiere conocer por el mismo donde quiere estar, en vez de estar donde los otros le digan ¿Soy un ni-ni? Permitidme que no me cuelgue ese cartel, tengo mucha estima por mi mismo y por la vida como para reducirla a un "estudias o trabajas". Ya no puede uno tomarse un tiempo para ver que quiere,  ya no te dejan bajarte del tren ni un momento. Por cierto, nunca he aprendido tanto como cuando decidí dejarme de cursos y de estudios oficiales y aprender por mí mismo,  cuando decidí leer y estudiar sobre lo que realmente me interesa y me afecta.

 Es curioso, cuando existe gente que no sabe que hacer, que está desmotivada, no nos planteamos  si no será que, por ejemplo, la educación que tenemos, aparte de apenas enseñarnos, nos deja desmotivados, sin saber que hacer. Se nos "educa" para ser una pieza del engranaje social, no para que nos realicemos, no para que nuestra vida tenga el más mínimo sentido. Ni siquiera para aprender. Me parece muy normal que algunos se resistan a arruinar su vida en trabajos que les harían sentirse aún más extraños. ¿Quién al terminar el colegio sabe realmente algo? ¿Quién piensa "sí, esto sí que me ha servido"? ¿Quién está realmente motivado y sabe que quiere hacer? ¿Por qué aborrecemos el colegio? 

Cuando digo que son el blanco del odio de la gente creo que no exagero, si no miren los comentarios que deja la gente en este vídeo de Youtube (enlace abajo de esta entrada). Aún siendo unos malditos vagos que solo quieren aprovecharse de los demás, no creo que ese odio esté fundamentado, y desde luego no es productivo, no va a hacer que a el chico le entren ganas de trabajar. Lo que yo pienso es que se trata de un objetivo fácil donde echar  la propia mierda, donde al hacerlo muchos nos van a aprobar diciendo "sí es verdad, son unos vagos, qué vergüenza". Si realmente están tan a gusto estudiando o trabajando ¿Por qué tanto odio hacía quienes no lo hacen? Y, si sufren tanto, yo me replantearía las cosas. En este vídeo sale una chica, Viviana, que dice que no quiere trabajar y que está orgullosa de ello . Dice que está orgullosa de ser como es. Lo cierto es que la tía es muy vaga y muy señorita, y suelta alguna que otra perlita  como "y yo es que de cajera no me veo...porque... se levantan muy pronto, antes que todo el mundo...para abrir y eso", que creo nadie apuntará la en su cuaderno de citas, pero lo que si me parece muy digno es el no tener que tener un trabajo para poder sentirse bien con uno mismo. Es evidente que está chica, como cualquier hijo de vecino, tendrá que trabajar tarde o temprano, pues hay que ganar dinero para vivir, así que , en ese sentido sería bueno que pensase en un horizonte, claro que sí, pero eso no tiene porque transformarse en un estresante "trabaja ya" ni en un blanco de odios que no le corresponden. No entiendo esa urgencia por trabajar. Viviana dice que no va hacer cosas que no quiere hacer, y no podría estar más de acuerdo. Lamentablemente muchas veces la realidad nos impide seguir esa idea al pie de la letra, pero, como filosofía, chapó.

Vivimos en una sociedad donde se dice que trabajar es digno, que debería avergonzarnos no hacerlo. Pero ¿por qué? ¿De dónde vendrá esa idea de que el trabajo, sea cual sea, dignifica?  ¿Por qué el esfuerzo por el esfuerzo? En fin, preguntas para pensar. Hay que trabajar para ganarse el pan y, si quiere, o si se puede, para realizarse o para hacer aquello para lo que uno siente que está hecho, pero no trabajar para no sentirte avergonzado.

Vivimos obsesionados por el trabajo. Recuerdo un antiguo compañero de trabajo que lo pasó mal al quedarse en paro, aún sin tener necesidades económicas, que no las tenía. Sentía como si el propio hecho de no trabajar fuese indigno. Hacía cosas como bajarse de Internet  panfletos tipo "consejos para el parado", algo así como una guía para los que no saben que hacer si no se les manda algo. Tenía indicaciones como por la mañana correr una hora, no pasar demasiado tiempo en el sofá o no descuidar la vida social. Curioso. Por cierto, se dedicaba a mandar esos panfletos a todos los que nos quedábamos en paro (a mí también me echaron), cosa que, por lo menos yo, no le había pedido.

 Tampoco veo que tiene de malo estar "sin hacer nada" durante cierto tiempo, se puede dedicar ese tiempo a hacer las cosas que a uno le motivan realmente, a aprender libremente sobre algún tema (para aprender  tampoco hace falta ir a un curso del INEM), puede ser un tiempo para reflexionar sobre uno mismo o sobre que  se quiere en la vida o, si es lo que se quiere, puede ser tiempo para rascarse el ombligo a dos manos. En mi opinión, los momentos en que uno se relaja y no vive presionado, ya sea por la familia, el trabajo o la sociedad en general , son momentos en los que puede surgir lo mejor de nosotros, en los que podemos darnos cuenta  como queremos vivir o, por lo menos, como queremos no vivir o que peligros queremos evitar en esta jungla.  La vida no se reduce a estudiar o trabajar (especialmente si aquello que hacemos no nos interesa), no se reduce a ser una despersonalizada pieza del sistema.

 Claro que uno también puede irse al otro extremo, pasarse el día en el sofá viendo la tele y los fines de semana emborracharse con el dinero de papá y mamá. Eso no es productivo, pero no lo es por la actitud de la persona, porque eso no le aporta nada, no porqué no trabaje ni haga ningún estudio oficial. Y, a mí, eso me preocupa porque, para la persona, y por extensión a la sociedad, no es bueno, pero no porque sea un puto ni-ni vago de mierda que vive a costa de los demás.

Termino diciendo que a la chica del vídeo se la ve feliz,  al menos no amargada ni resentida, aunque eso no le guste a los comentaristas del vídeo, que preferirían que estuviese sufriendo en un horrible trabajo. Algo como "¡muy bien, sufre, sufre maldita perra, vaga de mierda!" En realidad, no quieren que trabaje, eso les da igual, quieren que sufra como ellos sufren