Me acaba de venir a la cabeza los mensajes de Facebook tipo “pero tío, ¿dónde te metes? Da señales de vida…”, no puedo explicar hasta el final cuanto me toca eso los cojones. "¿A ti qué coño te importa?", pienso siempre. Sí, trabajamos juntos y me caíste bien pero no sé a cuento de que viene eso, en serio, no lo sé. Si quieres algo dímelo, si te apetece quedar conmigo por algo, o sencillamente para verme, llámame, pero no entiendo esa mierda de “da señales de vida desaparecido”. ¿Cuál es el objetivo de eso? ¿Tenerme fichado? ¿Qué quieres que te diga, “uhh, que tiempos, yo aquí ando, buscando trabajo, que esta el tema muy mal...”? Yo paso de esas mierdas, es que no comprendo a cuento de que vienen. Me parecen una puta apología a la normalidad, a ser un hombre masa, al querer convencerse de que uno lleva una vida con sentido, es un querer cumplir el desagradable mandato social actual de “vida social activa” que por supuesto nada tiene que ver con relaciones genuinas con un mínimo de sentido. Madre mía, es que eso lo llevo fatal, me supera, no lo entiendo. Claro que, también es verdad que no todo el mundo es así, solo algunos (generalmente mujeres, por cierto), pero no veo que nadie diga nada.
martes, 31 de mayo de 2011
Facebook "Pero tío, ¿dónde te metes?"
viernes, 27 de mayo de 2011
La idea de soledad
Esta mañana, sin ir más lejos ni buscar en otro momento lo que sucede ahora, me siento así, me siento culpable por estar solo. Siento vergüenza por la soledad. Y ese sentimiento es tan grande que cualquier sentimiento de soledad auténtico, al que en teoría se teme, no es nada a su lado. La idea está por encima de la realidad. La idea es la realidad.
martes, 10 de mayo de 2011
La dificultad de ser sincero
Me acabo de dar cuenta que me resulta casi imposible ser sincero. Siempre que pienso en mi vida la coloreo, lo hago sin darme cuenta. Cuando me expreso lo hago a través de un filtro, el filtro social. Me pasa tanto con gente como estando solo. No es que escoja ponerme una masacra ni ir de nada, de hecho intento ser sincero, pero sencillamente no me sale, como si no estuviese preparado para serlo. No se, hay ciertas cosas que sencillamente parecen no poder salir, aunque uno lo intente. Aún cuando creo que estoy expresando las cosas tal cual las pienso no es así para nada. Estoy a años luz de expresar las cosas tal cual las siento.
Tampoco me tortura no serlo, de hecho me ha resultado agradable darme cuenta de ello, gracioso incluso. Mejor darse cuenta de nuestros males que vivir en la ignorancia (¿es mejor?). Por algo se empieza.
sábado, 7 de mayo de 2011
Sinceridad y falsas amistades
Esta es una historia personal respecto a la amistad. Estoy en un momento difícil en lo que amistad se refiere, me he dado cuenta que los amigos que he tenido siempre no han sido amigos de verdad. En cierta manera siempre lo supe, pero me costaba reconocerlo y no me decidía a actuar en consecuencia. Un amigo es alguien que te conoce y respeta esa forma de ser, sino no es tú amigo. Aún más, una persona que es un aliado, que te ayuda a crecer. Nunca sentí eso con ellos. Hace un año rompí definitivamente con ellos (¿Por fin?) y eso me provoca varios sentimientos: culpa, alivio, descanso, miedo a la idea de soledad (a ser un tío raro sin amigos)... No sabría decir si también soledad, que no es lo mismo que la idea de soledad, pues se puede estar muy solo estando acompañado, supongo que ese era mi caso. No solo estaba solo sino que sentía la presión de tener que hacer como si no.
Como digo, hace más o menos un año que corté la relación con casi todos mis supuestos amigos, desde gente de la universidad hasta mis "amigos de toda la vida del barrio", que a algunos los conozco desde hace casi veinte años. Me vi en ciertas situaciones, y rodeado de cierta gente, donde solo podía pensar "¿Pero qué está pasando aquí?". Necesitaba un cambio, no podía más. Todo me parecía una mentira, y lo era. Mis amigos de siempre son los que más me ha costado dejar, no porque dudase de que no teníamos ya nada que aportarnos (si es que alguna vez lo tuvimos) sino por la enorme culpa que me genera romper esa etiqueta de "amigos e toda la vida". Vivimos en un mundo de imágenes y etiquetas, y algunas se hacen fuertes (o las hacemos fuertes).
Quiero hablar en esta entrada sobre estos amigos de siempre, particularmente de uno. Básicamente eramos cuatro o cinco "amigos de toda la vida", también nos acompañaban algunos otros que, por temporadas, iban y venían, pero no se podían considerar del grupo. Siempre he tenido esa sensación, unas veces más fuertes que otras, de que eso no tenía sentido, que era una mentira que se tenía que acabar. El problema era que no me sentía libre para ser yo mismo, de hecho parecía que les molestase que me expresase. Estaba cohibido y eso no es una buena base sobre la que desarrollar una amistad. Otro problema era la propia naturaleza del grupo, no nos juntamos por tener cosas en común ni por compartir un respeto mutuo, más bien fue por un sobrevivir a la adolescencia, en la que estar solo asusta. Y eso no es buen soporte sobre el que construir ninguna relación. No veo necesariamente mal tener aliados para sobrellevar la adolescencia, sin que sean verdaderos amigos, quizás mejor eso que nada, el problema es cuando se disfraza eso de auténtica amistad (en vez de ser francos y reconocer las cosas tal cual son) o cuando se estira demasiado el chicle (y te ves a una cierta edad pensando "¿Por qué estoy con esta gente?") . Parece que existe una ley no escrita a partir de la cual cuanto más tiempo pasas con una persona más se estrechan los lazos y no digamos ya si los conociste en la infancia. También pasamos buenos ratos, todo hay que decirlo, nos reíamos bastante, sobretodo al principio, he de reconocer que si algo hecho de menos eran las risas que nos echábamos. Pero, en general, la cosa no era sostenible. La amistad no son solo unas risas.
Sin embargo, hasta hace un año, nunca tomé esa decisión, quizás por vergüenza (de reconocer que se había estado viviendo una farsa) o por miedo (a la soledad, a la reprimenda de mis amigos, a ser "mala persona",...). Fue un efecto bola de nieve. Ahí es donde yo pienso que cometí un error por no cortar las cosas en su momento, y claro, el tema se fue complicando. La verdad, no se bien como enfocar ese haberlo dejado pasar ¿Les pido perdón por "engañarles" manteniendo algo que para mí no tenía sentido? Pero, ¿ no me hacían sentir cohibidos ellos también? ¿Me torturo por este imperdonable error? ¿Es productivo torturarme? ¿Lo dejo estar pues en ese momento no tenía la capacidad emocional para tomar aquellas decisiones? ¿Dejo de preocuparme pues esa situación fue causada por la presión social a no estar solo y a ser una "buena persona que no deja de lado a sus amigos de siempre"? Sentía que si seguía con ellos estaba actuando mal, si los dejaba también.
Quiero hablar en esta entrada sobre estos amigos de siempre, particularmente de uno. Básicamente eramos cuatro o cinco "amigos de toda la vida", también nos acompañaban algunos otros que, por temporadas, iban y venían, pero no se podían considerar del grupo. Siempre he tenido esa sensación, unas veces más fuertes que otras, de que eso no tenía sentido, que era una mentira que se tenía que acabar. El problema era que no me sentía libre para ser yo mismo, de hecho parecía que les molestase que me expresase. Estaba cohibido y eso no es una buena base sobre la que desarrollar una amistad. Otro problema era la propia naturaleza del grupo, no nos juntamos por tener cosas en común ni por compartir un respeto mutuo, más bien fue por un sobrevivir a la adolescencia, en la que estar solo asusta. Y eso no es buen soporte sobre el que construir ninguna relación. No veo necesariamente mal tener aliados para sobrellevar la adolescencia, sin que sean verdaderos amigos, quizás mejor eso que nada, el problema es cuando se disfraza eso de auténtica amistad (en vez de ser francos y reconocer las cosas tal cual son) o cuando se estira demasiado el chicle (y te ves a una cierta edad pensando "¿Por qué estoy con esta gente?") . Parece que existe una ley no escrita a partir de la cual cuanto más tiempo pasas con una persona más se estrechan los lazos y no digamos ya si los conociste en la infancia. También pasamos buenos ratos, todo hay que decirlo, nos reíamos bastante, sobretodo al principio, he de reconocer que si algo hecho de menos eran las risas que nos echábamos. Pero, en general, la cosa no era sostenible. La amistad no son solo unas risas.
Sin embargo, hasta hace un año, nunca tomé esa decisión, quizás por vergüenza (de reconocer que se había estado viviendo una farsa) o por miedo (a la soledad, a la reprimenda de mis amigos, a ser "mala persona",...). Fue un efecto bola de nieve. Ahí es donde yo pienso que cometí un error por no cortar las cosas en su momento, y claro, el tema se fue complicando. La verdad, no se bien como enfocar ese haberlo dejado pasar ¿Les pido perdón por "engañarles" manteniendo algo que para mí no tenía sentido? Pero, ¿ no me hacían sentir cohibidos ellos también? ¿Me torturo por este imperdonable error? ¿Es productivo torturarme? ¿Lo dejo estar pues en ese momento no tenía la capacidad emocional para tomar aquellas decisiones? ¿Dejo de preocuparme pues esa situación fue causada por la presión social a no estar solo y a ser una "buena persona que no deja de lado a sus amigos de siempre"? Sentía que si seguía con ellos estaba actuando mal, si los dejaba también.
Siempre pensé que había una opción que era la mejor, la más noble: ser totalmente sincero con ellos. Siempre he pensado que eso es lo mejor y, en cierta manera, lo sigo pensando pero ¿y si uno, siendo sincero, se está fustigando sin darse cuenta y eso lo usan tus "amigos" en tú contra? Actuar con sinceridad no impide que seamos ingenuos (dando una errónea descripción de nosotros mismos y de la situación ) y que usen esa sinceridad, en mi caso muy acompañada de vulnerabilidad, contra uno. Alguna vez llegué a ser sincero con ellos, no hace demasiado tiempo, algo antes de cortar definitivamente, y la respuesta no fue nada agradable.
Una de esas veces fue con el que más conflicto he tenido, sin duda el más rebuscado y manipulador del grupo. El resto tampoco era mala gente. El problema de está persona era que al mismo tiempo era muy amable y siempre estaba dispuesto a ayudarte y escucharte, lo cual me generaba sentimientos de confusión. Pensaba "¿cómo voy a pensar mal de él con lo atento que es?, además, es mi amigo de toda la vida". Y su atención y preocupación parecían muy auténticas, en realidad pienso que en cierta manera lo eran . Mensajes muy contradictorios, la verdad. Una de esas personas complicadas que uno nunca llega a conocer y de la que te esperarías cualquier cosa. Bueno, pues le llamé un día y quedé específicamente para hablar del tema, de nuestro conflicto, o al menos de mi conflicto con él. Le dije que no me sentía cómodo con él, que había tenido actitudes y sentimientos impropias de un amigo y hecho putadas que nunca reconoció, y de las que nunca se arrepintió (como intentar alejar de mí a una chica que me gustaba o forzarme a hacer cosas que él sabía no me gustaban, como a entrar a chicas cuando no estaba de buen ánimo) . Estaba nerviosismo cuando le dije todo eso, para mí arrancarme el corazón y entregárselo. La cuestión es que no estaba a gusto y me sinceré.
La verdad es que ese se momento me valía con que reconociese humildemente lo que hizo, tampoco quería que me suplicase perdón ni nada de eso. Pero el muy cabrón me dio la vuelta a la tortilla, y una de las cosas que me dijo fue "pero siempre va a ver gente que te vaya a hacer putadas, el problema es que tienes que hacerte fuerte, tienes que saber defenderte". Eso me dijo, os lo juro. Un "amigo de toda la vida" me dijo eso. Como si a alguien, ya ni siquiera hace falta que sea tú amigo o conocido, le dices "oye tío, me has dado un puñetazo", y te responde "el problema es tuyo, que no has sabido esquivarlo".
He de reconocer que me hubiese esperado incluso algo peor como "¿qué yo te hecho qué?". Al menos reconoció las cosas que hizo, aunque no se que es peor, la verdad. Ahora que lo pienso, fui muy ingenuo al pensar que ese sincerarme iba a llegar a algún lado, de hecho, me quedé tan confuso y extrañado que no corté ahí la amistad (era demasiado surrealista para mí), aunque fue una de las cosas que, al pensarlas con el tiempo, me hizo tomar la decisión definitivamnete.
Escribiendo esto me pregunto como aún me queda culpa, pues aún me queda, por haberle "traicionado" al dejarle ¿Significará esta culpa que estoy haciendo algo malo yo también? ¿Al no haberle cortado en su día me convertí en su cómplice? Siempre he tenido esa extraña sensación de ser su cómplice ¿Será que me cuesta reconocer que he sido un tonto durante tanto tiempo? A veces pienso que los sentimientos van por detrás de la razón, que aunque pensemos que hemos hecho lo correcto la emoción tarda en desaparecer
Una de esas veces fue con el que más conflicto he tenido, sin duda el más rebuscado y manipulador del grupo. El resto tampoco era mala gente. El problema de está persona era que al mismo tiempo era muy amable y siempre estaba dispuesto a ayudarte y escucharte, lo cual me generaba sentimientos de confusión. Pensaba "¿cómo voy a pensar mal de él con lo atento que es?, además, es mi amigo de toda la vida". Y su atención y preocupación parecían muy auténticas, en realidad pienso que en cierta manera lo eran . Mensajes muy contradictorios, la verdad. Una de esas personas complicadas que uno nunca llega a conocer y de la que te esperarías cualquier cosa. Bueno, pues le llamé un día y quedé específicamente para hablar del tema, de nuestro conflicto, o al menos de mi conflicto con él. Le dije que no me sentía cómodo con él, que había tenido actitudes y sentimientos impropias de un amigo y hecho putadas que nunca reconoció, y de las que nunca se arrepintió (como intentar alejar de mí a una chica que me gustaba o forzarme a hacer cosas que él sabía no me gustaban, como a entrar a chicas cuando no estaba de buen ánimo) . Estaba nerviosismo cuando le dije todo eso, para mí arrancarme el corazón y entregárselo. La cuestión es que no estaba a gusto y me sinceré.
La verdad es que ese se momento me valía con que reconociese humildemente lo que hizo, tampoco quería que me suplicase perdón ni nada de eso. Pero el muy cabrón me dio la vuelta a la tortilla, y una de las cosas que me dijo fue "pero siempre va a ver gente que te vaya a hacer putadas, el problema es que tienes que hacerte fuerte, tienes que saber defenderte". Eso me dijo, os lo juro. Un "amigo de toda la vida" me dijo eso. Como si a alguien, ya ni siquiera hace falta que sea tú amigo o conocido, le dices "oye tío, me has dado un puñetazo", y te responde "el problema es tuyo, que no has sabido esquivarlo".
He de reconocer que me hubiese esperado incluso algo peor como "¿qué yo te hecho qué?". Al menos reconoció las cosas que hizo, aunque no se que es peor, la verdad. Ahora que lo pienso, fui muy ingenuo al pensar que ese sincerarme iba a llegar a algún lado, de hecho, me quedé tan confuso y extrañado que no corté ahí la amistad (era demasiado surrealista para mí), aunque fue una de las cosas que, al pensarlas con el tiempo, me hizo tomar la decisión definitivamnete.
Escribiendo esto me pregunto como aún me queda culpa, pues aún me queda, por haberle "traicionado" al dejarle ¿Significará esta culpa que estoy haciendo algo malo yo también? ¿Al no haberle cortado en su día me convertí en su cómplice? Siempre he tenido esa extraña sensación de ser su cómplice ¿Será que me cuesta reconocer que he sido un tonto durante tanto tiempo? A veces pienso que los sentimientos van por detrás de la razón, que aunque pensemos que hemos hecho lo correcto la emoción tarda en desaparecer
No sé, a veces uno ve tan absurdo ciertas cosas que no sabe si sencillamente dejarlas sin dar explicaciones. Realmente dudo mucho que haya que dar explicaciones a gente que no lo va entender o, peor aún, que va a usar tu vulnerabilidad en tu contra. Aunque sean "amigos de toda la vida". Malditas etiquetas.
La cuestión es que ya corté eso, pero ahora tengo un enorme sentimiento de culpa, supongo que en parte esa culpa fue la que me ató a ellos tanto tiempo. Al final les dejé dando medias explicaciones, excepto al más cabrón y manipulador, del que he hablado y que en realidad es para darle de comer aparte, al que, aparte de lo que he contado, no le di ninguna, por considerar que no las merecía. Después de un año aún es algo que no tengo superado, y no esperaba menos, ya intuía que esto iba a ser duro. ¿Tendría por qué serlo? Soy muy de "la amistad es muy importante", y creo por eso me la han dado con queso. Cuando alguien me dice algo como "bueno tranquilo, los amigos vienen y van" me quedo pasmado. ¿Cómo lo podrán verlo de esa manera tan sencilla? ¿Es eso algo bueno? Aún me quedan lagunas, cosas que no comprendo sobre nuestra amistad, sobre si hice bien o no, sobre que es lo correcto hacer en estos casos. Considero que tomé la opción correcta, al menos en el fondo (en las formas tengo más dudas), pero se me hace difícil, noto que es un asunto aún sin finiquitar. No tengo esa sensación de haber pasado página. Y la necesito.
martes, 26 de abril de 2011
EFT: Fraude, mentira, estafa, cuento chino,...
Dentro del mundo de las estafas de las terapias alternativas hay una que no he visto demasiado criticada, tal vez sea porque es bastante nueva. Se llama Técnicas de Liberación Emocional o EFT (del inglés Emotional Freedom Techniques) y promete de todo sin cortarse ni un pelo. Pero de todo de todo
Me topé con este asunto hace unos tres años, cuando desconocía que todo tema de las terapias alternativas era un fraude y la verdad es que era bastante inocente al respecto (y no creo ser el único), realmente no pensaba que la gente pudiese ser tan miserable y mentirosa como para vender falsas esperanzas con esa cara tan dura y esa tranquilidad. Es algo que me deja con la boca abierta. Esa inocencia, sumada al hecho de estar pasando un mal momento emocional, me convirtió en carne de de cañón para este tipo de embustes. Y, al ver todas las promesas que hacían, pensé "¿será posible que por fín haya encontrado algo que solucione todos mis problemas y angustias?". Me parecía demasiado bueno para ser cierto pero claro, como lo decían con tanta "convicción", tenían tantos "testimonios", y además era tan sencillo de hacer, pues ¿por qué no probarlo? Tampoco perdía nada. Supongo que mi parte sensata me decía "esto no puede ser real", mientras que mi parte más emocional y dependiente decía "si, esto va a ser la solución, lo tenemos (el anillo, mío, solo mío)".
Pues lo probé por mi cuenta, sin ir a ningún "profesional" ni nada de eso. Y nada. El único efecto que al final noté, después de unos días probando, fue una aguda sensación de estupidez por haberme tragado ese cuento. Menos mal que, aunque siendo ingenuo, siempre he tenido mi lado crítico y escéptico, siempre me ha molestado mucho que me engañasen, lo que me permitió cortar ese asunto y no hacer cosas como ir a algún "especialista" de EFT, quien seguramente me dijese que el problema era que no estaba aplicando el método bien, que sería bueno hacerlo con un "especialista" (mientras me sacaba los cuartos, claro está).
Pero, ¿en qué consiste EFT? Para empezar hay que decir que se basa en la acupuntura, una práctica que, aunque haya alcanzado cierta fama, no tiene ninguna base científica. Toma de está antigua práctica el concepto de que existen unos canales de meridianos por los cuales fluye la energía vital, que la acupuntura llama el Chi. Pero jamás se ha demostrado ni que los meridianos ni el Chi existan. EFT es una especie de "acupuntura sin agujas". Como dice el manual explicativo de EFT, se basa en el principio de que "la causa de todas las emociones negativas es una interrupción en el sistema energético del cuerpo" (¡toma, ahí va eso!) y el método consiste en, a través de golpecitos en distintos puntos del cuerpo (en vez de clavar agujas), por donde se supone pasan los meridianos que transportan la energía, restablecer ese equilibrio energético. El problema, como decíamos, es que la existencia de ese sistema energético a través de meridianos no está demostrada, por lo tanto, todo lo que se construya a partir de ahí es pura charlatanería y tiene la misma validez que todo lo que pueda inventarme yo ahora mismo, como la "terapia de auras celestiales" (suena bien ¿eh?). Además, en caso de existir, ¿por qué se iba a restablecer el supuesto equilibrio con unos golpecitos? Eso tampoco lo explican. De hecho, si uno se lee la parte de "fundamentos científicos" de su manual explicativo, verá que son inexistentes. ¿No suena más esto a alguien que se quiere lucrar a costa de la desesperanza del personal? Eso o que el mismo Gary Craig -el creador de este circo- está tan desesperado, o tan confuso, que se ha tragado su propio cuento. Sea lo que sea lo que es seguro es que esto es una charlatanería más.
jueves, 14 de abril de 2011
Moralidad ¿ Causa de todos los males?
¿No es la moralidad la causa de todos los males? ¿No surgen todas las malas acciones de ese estado en el que uno se siente frustrado o alienado? ¿Y no nos frustramos cuando dejamos de expresar las cosas tal como las sentimos y, por lo tanto, dejamos de vivir libremente, por sentirnos culpables por ello? ¿Y qué sino la moralidad es capaz de hacernos sentir esa culpa por el sencillo hecho de sentir?
Me refiero a la moralidad exterior, aquella que interiorizamos sin que realmente la comprendamos, sin que surja de nosotros mismos y que nos hace incapaces de expresarnos con naturalidad y sin culpa. No me refiero a esa moral que surge de uno mismo al comprender que cosas llevan a un buen resultado y cuales no.
Estoy hoy pensando en ello y me parece obvio que la moralidad es la causa primera de todos los males, es lo que nos corrompe, lo que nos dice "así no puedes ser, eso está mal". Puede incluso que determinada acción que nos impongan sea beneficiosa en si misma pero, aún así, el imperativo moral, por su propia naturaleza, me parece psicológicamente insano, nos impide desarrollar nuestra propia capacidad de dirigir nuestra vida, de comprender por uno mismo que se debe y que no se debe hacer. La moralidad me parece particularmente peligrosa en el campo de los sentimientos. No se le puede decir a nadie que debe sentir (el sentimiento surge, no tiene ningún sentido condenarlo), eso empuja a dejar de hacer las cosas como uno quiere, como uno las haría si no le presionasen, y eso crea frustración. Y la frustración, ya se sabe.
Y creo que podemos interiorizar tanto la moral que ni siquiera la cuestionemos, lo que hace que, a la hora de buscar la causa de los males que ocurren en el mundo, busquemos en cualquier otro lado y pongamos el dedo en cosas que poco o nada tienen que ver. Por ejemplo, cuando un chico coge una pistola y se pone a disparar a diestro y siniestro en su colegio, no se suele decir que la moralidad ha frustrado al chico, quien, en un ataque de desesperación ha perdido el control, se dice más frecuentemente cosas como que tenía una enfermedad mental. Pero, ¿qué sino un ataque de rabia y desesperación, por estar sometido a una situación indignante y sin sentido, puede llevar a un chico joven de un país desarrollado a cometer tales actos? Aún aceptando que tuviese una enfermedad mental (aunque es una cuestión muy ambigua y cuestionable, no hay hechos científicos claros sobre que es una enfermedad mental y la manera de abordarla), eso no quita que esta fuese creada por una moralidad que impide al chico vivir libremente, sin frustración ni culpabilidad. Cuando veo un caso como el de Columbine lo primero que pienso es "¿cuánto ha tenido que aguantar para llegar a eso?".
Últimamente he estado pensando en ello y, en cierta manera, lo he sentido como una revelación, algo que de repente me parece muy evidente.
Últimamente he estado pensando en ello y, en cierta manera, lo he sentido como una revelación, algo que de repente me parece muy evidente.
jueves, 31 de marzo de 2011
Ansiedad, ¿Un problema de fondo?
Acabo de leer un foro (abajo pongo el link por si alguien lo quiere ver) en el que una chica pide opiniones sobre un problema que tiene; su novio sufre ansiedad. Nos cuenta que a su novio le cuesta entrar en centros comerciales, que le cuesta ir al trabajo. Nos cuenta que ha estado con medicación un tiempo y que mejoró pero que, cuando se la quitaron, volvió a empeorar.
Me llama la atención como enfocan el problema, tanto la chica como los que responden, lo tratan como si fuese un problema en si mismo, como si no fuese la consecuencia de una serie de factores, como podría ser llevar una vida desordenada donde no se han ido depurando y gestionando las dificultades personales. Lo tratan como si fuese una irritación que de pronto nos aparece en el pie, "anda me ha salido una irritación", "anda mi novio tiene ansiedad". Así, tal cual.
Si el chico no puede estar en un centro comercial es bastante evidente que tiene un problema de fondo, no que "tiene la enfermedad de no entrar en centros comerciales" aunque, tal y como andan las cosas en el mundo de la psicología, no me extrañaría que pronto inventen algo así, si no lo han hecho ya. Si tiene ansiedad eso refleja que hay un problema emocional que resolver, no se trata solo de eliminar la ansiedad, pues esta es un síntoma. La ansiedad, aunque no es un sentimiento cómodo y en si misma es un problema, no creo que sea mala en si misma, nos indica que algo va mal, algo que es necesario resolver. Como dice la chica, al tomar la medicación se pone mejor pero luego recae, lo cual encaja perfectamente con la lógica de que mientras no arregles las causas no van a desaparecer los síntomas. Creo que es de vital importancia darse cuenta de que el problema no es solo la angustia en si misma, sino también el problema que crea esa angustia. De la misma manera, si uno se cruza con un tigre y se asusta, el problema no es el miedo sino el tigre. Me resulta bastante incómodo ver como la gente se preocupa solo por la angustia en si misma (lo cual muchas veces significa una preocupación por guardar las apariencias) y no por lo que está generando ese sentimiento, es decir, por el verdadero problema. ¿No será que la persona esté viviendo una mentira o se tenga algún asunto emocional pendiente y la ansiedad sea un indicador de que las cosas no son como el piensa, que en realidad no se siente bien? ¿No es un gran error querer sencillamente tapar algo que te puede indicar la realidad de tu situación?
Si el chico no puede estar en un centro comercial es bastante evidente que tiene un problema de fondo, no que "tiene la enfermedad de no entrar en centros comerciales" aunque, tal y como andan las cosas en el mundo de la psicología, no me extrañaría que pronto inventen algo así, si no lo han hecho ya. Si tiene ansiedad eso refleja que hay un problema emocional que resolver, no se trata solo de eliminar la ansiedad, pues esta es un síntoma. La ansiedad, aunque no es un sentimiento cómodo y en si misma es un problema, no creo que sea mala en si misma, nos indica que algo va mal, algo que es necesario resolver. Como dice la chica, al tomar la medicación se pone mejor pero luego recae, lo cual encaja perfectamente con la lógica de que mientras no arregles las causas no van a desaparecer los síntomas. Creo que es de vital importancia darse cuenta de que el problema no es solo la angustia en si misma, sino también el problema que crea esa angustia. De la misma manera, si uno se cruza con un tigre y se asusta, el problema no es el miedo sino el tigre. Me resulta bastante incómodo ver como la gente se preocupa solo por la angustia en si misma (lo cual muchas veces significa una preocupación por guardar las apariencias) y no por lo que está generando ese sentimiento, es decir, por el verdadero problema. ¿No será que la persona esté viviendo una mentira o se tenga algún asunto emocional pendiente y la ansiedad sea un indicador de que las cosas no son como el piensa, que en realidad no se siente bien? ¿No es un gran error querer sencillamente tapar algo que te puede indicar la realidad de tu situación?
Este es un tema con el que me echo las manos a la cabeza, y no es que piensen así unos pocos sino que lo hace la mayoría de la sociedad, lo cual hay que decir que encaja perfectamente con la propia naturaleza de la sociedad actual, basada más en la imagen que en la realidad. Claro, si uno piensa que su problema principal es la ansiedad y el resto le da la razón pues poco se puede hacer. Y los primeros que "juegan" a esto son los psicólogos y los psiquiatras, especialmente estos últimos, que se ponen a dar medicación a diestro y siniestro. ¿Y qué va a pensar una persona, ya insegura por definición, pues ese es en gran medida parte del problema psicológico, si incluso los profesionales de la salud mental entran en esa dinámica?.
Respecto a la medicación, en principio no tengo nada en contra, creo que en determinadas situaciones, como psicosis graves o situaciones particulares de urgencia, donde la persona se descontrola, puede ser muy útil, pero, para los casos más normales, que son la mayoría, no deja de ser una droga, un parche temporal que no resuelve los asuntos de fondo y que, si se usa demasiado tiempo sin necesidad, puede terminar haciendo que nos acomodemos o terminemos por creernos que no existe ningún problema, desconectándonos más aún de nuestra realidad. No podemos dejar de responsabilizarnos de nuestra propia vida delegando en la medicación. Todo el tema de depresiones endógenas (que se producen en el organismo al margen de los acontecimientos de la vida) y de los desequilibrios químicos en el cerebro me parecen falsos e irrelevantes. Aún existiendo desequilibrios químicos, ¿significa eso que estos no hayan sido causados por nuestra forma de vivir? ¿Acaso no se manifiesta todo lo que hacemos en el organismo?
Tampoco soy un experto, claro que los propios psiquiatras tampoco lo son, al menos no como lo es un cirujano en su especialidad o en general cualquier otro médico fuera de la rama de la psiquiatría, donde las enfermedades están claramente demostradas y no son frutos de unas definiciones arbitrarias. Pero, no siendo un experto, digo que, además de parecerme poco lógico y poco demostrado científicamente, me huele mucho a chamusquina, me huele a no querer reconocer como son en realidad las cosas. Tampoco digo que los psiquiatras sean conscientes de lo que hacen, seguro que muchos tienen las mejores intenciones cometiendo esos, a mi juicio, errores. Tampoco es que no existan los problemas emocionales, de lo que me han acusado algunos, eso sería absurdo, más bien al contrario, digo que cuestiones como la ansiedad son solo la punta del iceberg. De hecho, opino que los que creen que las fobias, la ansiedad o depresión son enfermedades en si mismas (dando a entender, directa o indirectamente, que sencillamente hay algo en el cerebro no funciona, que la "maquina está dañada") y que son el problema principal, son los que niegan la existencia de los problemas profundos, los que niegan todo ese "hielo que no ha salido a la superficie". Y, si un problema no se define bien, no se podrá resolver bien.
Respecto a la medicación, en principio no tengo nada en contra, creo que en determinadas situaciones, como psicosis graves o situaciones particulares de urgencia, donde la persona se descontrola, puede ser muy útil, pero, para los casos más normales, que son la mayoría, no deja de ser una droga, un parche temporal que no resuelve los asuntos de fondo y que, si se usa demasiado tiempo sin necesidad, puede terminar haciendo que nos acomodemos o terminemos por creernos que no existe ningún problema, desconectándonos más aún de nuestra realidad. No podemos dejar de responsabilizarnos de nuestra propia vida delegando en la medicación. Todo el tema de depresiones endógenas (que se producen en el organismo al margen de los acontecimientos de la vida) y de los desequilibrios químicos en el cerebro me parecen falsos e irrelevantes. Aún existiendo desequilibrios químicos, ¿significa eso que estos no hayan sido causados por nuestra forma de vivir? ¿Acaso no se manifiesta todo lo que hacemos en el organismo?
Tampoco soy un experto, claro que los propios psiquiatras tampoco lo son, al menos no como lo es un cirujano en su especialidad o en general cualquier otro médico fuera de la rama de la psiquiatría, donde las enfermedades están claramente demostradas y no son frutos de unas definiciones arbitrarias. Pero, no siendo un experto, digo que, además de parecerme poco lógico y poco demostrado científicamente, me huele mucho a chamusquina, me huele a no querer reconocer como son en realidad las cosas. Tampoco digo que los psiquiatras sean conscientes de lo que hacen, seguro que muchos tienen las mejores intenciones cometiendo esos, a mi juicio, errores. Tampoco es que no existan los problemas emocionales, de lo que me han acusado algunos, eso sería absurdo, más bien al contrario, digo que cuestiones como la ansiedad son solo la punta del iceberg. De hecho, opino que los que creen que las fobias, la ansiedad o depresión son enfermedades en si mismas (dando a entender, directa o indirectamente, que sencillamente hay algo en el cerebro no funciona, que la "maquina está dañada") y que son el problema principal, son los que niegan la existencia de los problemas profundos, los que niegan todo ese "hielo que no ha salido a la superficie". Y, si un problema no se define bien, no se podrá resolver bien.
http://salud.facilisimo.com/foros/psicologia/ayuda-xfavor-mi-novio-sufre-ansiedad-no-se-que-hacer-ayudarme_203538.html
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