martes, 21 de mayo de 2013

Denunciar la estupidez

Me levanto y no sé que hacer. ¿Ir a patinar?, ¿a pasear al parque? Estoy embotado, la cosa no fluye. Pierdo la perspectiva de mí mismo. Me siento sobrecargado de preocupaciones que me son ajenas, preocupado por cosas que realmente no me importan. La sensación de no estar viviendo tu vida, de estar sencillamente siendo arrastrado por ideas externas. Angustiado por cosas de las que no eres ni consciente. Me empano, me desubico emocionalmente.

Sé cuál es la diferencia entre vivir una vida genuina y una vida ajena pero sencillamente la cosa no sale. 

¡Es la dificultad de vivir a tu manera sin avergonzarte! Esa es mi cruz. No podría decir que la vida no tiene sentido; la carencia viene por la falta de expresión sin culpa. Creo que tengo las ideas bastante claras, el problema es que me siento tan extraño ante el mundo que me retraigo. Es más una cuestión de miedo a la reacción de los otros y al no ofender con mis "blasfemias" que un dudar de mis ideas.

Necesito morir y renacer. Cuando uno se sobrecarga de sin sentidos hay que salir de ahí completamente. Verse en una dinámica que en ningún modo te beneficia. Verse arrojado una selva densa, angustiado y alerta por las amenazas que constantemente aparecen entre maleza. Amenazas contra tu espacio interior, contra todo lo que tiene sentido para ti. Necesito salir de ese bosque, subir a una colina despejada y, desde allí, ya seguro, coger perspectiva. ¡Y ver la jungla en la que estaba metido!

¡Olvidarse de todo! Si es que no tiene sentido, así no. Pero día tras día se nos mete mierda en la cabeza, ideas que sencillamente no ayudan, que nacen de la carencia y de la falta de de comprensión. Es todo muy absurdo y corrupto, ¡y muy innecesario! La presión por "hacer algo", por "ser alguien"; eso va a acabar conmigo. 

¡Estar tranquilos! No como una defensa de la vida pasiva sino como un espacio desde el cual empezar a crear algo con sentido.

Odio el mundo. La gente ansiosa, esperando que hagas algo que justifique su evasión. ¡¿Cómo lidias con eso? ¿cómo lidias con la estupidez de la gente?! Eso me produce una angustia sin límites. Me genera una culpa enorme pensar así pero, al mismo tiempo, es lo único que hace las cosas encajar. Me digo a mí mismo "no odias a la persona en sí, lo que no soportas es la estupidez"; tal vez sea cierto pero me siento anestesiado en la denuncia de la estupidez. No la denunciamos para no ofender y nos hacemos cómplices.

Presión infinita por hacer aquello que me desconecta de mí mismo. Culpa por no entrar en el juego o, si entras, vergüenza de ti mismo por degradarte. Si estás en sociedad tienes que elegir ¿culpa o vergüenza? 

¿La solución a esto? Esta clara: Ir a lo tuyo sin sentir ninguna culpa por tus sentimientos de desagrado hacia el estado de las cosas ¡¿Pero quién osa a hacer eso?, ¿quién osa a vivir de una manera que destapa las miserias de los demás?!

4 comentarios:

  1. Sin poder dormir por la angustia que me genera la estupidez y estupideces de la gente es que llegue a tu comentario. Gracias por permitirme no sentirme solo en este sentimiento

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    1. Me alegro que te sirviese. Sin duda ver escrito lo que sentimos nos hace sentirnos menos solos.

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  2. Por supuesto. Sorprende al igual que gratifica. Es encomtrar un paisano que habla tu mismo idioma en un mar de ruidos sin sentido que uno aprende a repetir para adaptarse y mezclarse.
    Un abrazo desde esta locura.

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